México dijo en días pasados que “no coincide con la medida unilateral”, pero accedió “por razones humanitarias y de manera temporal” a recibir a los extranjeros que expulse Estados Unidos, siempre que “hayan recibido un citatorio para presentarse ante un juez migratorio” estadounidense.
En noviembre pasado, una multitudinaria caravana de miles de centroamericanos -principalmente familias con niños- llegó a la mexicana ciudad de Tijuana con la intención de cruzar la frontera hacia Estados Unidos, donde buscan iniciar una vida lejos de la pobreza y violencia en sus países.
Desde entonces, otras caravanas han emprendido su viaje hacia el sueño americano.
Washington justificó su nueva estrategia “en respuesta a la crisis de migración ilegal que encara” Estados Unidos, argumentando que a lo largo de los últimos cinco años se ha registrado un incremento de 2.000% de solicitudes de asilo.
“Muchos potenciales migrantes saben que solicitar asilo les da una oportunidad de permanecer en los Estados Unidos incluso si no tienen un argumento válido para el asilo. La mayoría de estos argumentos no cumplen con los requisitos necesarios. De hecho, nueve de cada 10 solicitudes de asilo son rechazadas por un juez migratorio”, explicó la sede diplomática.
Así, los migrantes que entren a Estados Unidos serán procesados por autoridades migratorias, se les dará una notificación para presentarse a una audiencia en una corte migratoria, y regresarán a México durante el tiempo que dure el proceso.
Aquellos cuyos argumentos sean determinados como válidos por jueces estadounidenses recibirán estatus de asilo y podrán permanecer en Estados Unidos, y los que carezcan de argumentos válidos serán repatriados a sus países de origen.
Hasta ahora, los solicitantes de asilo podían esperar su audiencia estando en libertad en Estados Unidos, y muchos de ellos se esfumaban en el país sin atender la cita.
Más tropas fronterizas
El Departamento de Defensa de Estados Unidos indicó este martes que aumentará las tropas desplegadas en la frontera con México, cuya misión se prorrogó hasta el próximo 30 de septiembre ante la llegada de las caravanas de migrantes centroamericanos en los últimos meses.
En una declaración, el portavoz del Pentágono, el teniente coronel Jamie Davis, anticipó que “habrá un incremento de unos cuantos miles” en la cantidad de tropas, aunque aclaró que darán mayor claridad en el número cuando lo tengan.
Davis recordó que el secretario interino de Defensa, Patrick Shanahan, anunció la extensión hasta septiembre próximo de la misión de apoyo a las autoridades del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en sus siglas en inglés), tal como había solicitado esa rama del Gobierno estadounidense.
El Ejército tiene desplegados a cerca de cinco mil 600 militares en la frontera con México, repartidos entre los estados de Texas (dos mil 400), Arizona (mil 400) y California (mil 800).
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