La muerte del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh ha causado indignación entre los líderes de Oriente Medio y ha llevado al grupo islamista a amenazar con “consecuencias importantes en toda la región”.
El líder supremo de Irán, donde tuvo lugar el ataque que terminó con la vida de Haniyeh, Alí Jameneí, ha avisado de que su país se vengará, lo mismo que el nuevo presidente iraní, Masud Pezeshkian, que el 31 de julio dijo a Israel en un comunicado que la república islámica “defenderá su integridad territorial, su dignidad, su honra y honor, y hará que los terroristas invasores se arrepientan”.
“El hermano, el líder, el muyahidín Ismail Haniyeh, líder del movimiento, murió en un ataque sionista en su residencia en Teherán después de que participara en la investidura del nuevo presidente” iraní, afirmó en un comunicado el movimiento palestino.
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En el exilio entre Turquía y Catar, Haniyeh, de 61 años, llevó a cabo una visita oficial a Teherán para asistir a la ceremonia de investidura de Pezeshkian, quien era visto como la cara más moderada de Hamás. Su muerte deja a los islamistas en manos de líderes más extremista, Yahya Sinwar, presunto autor intelectual de los atentados del 7 de octubre.
Hamás libra desde hace más de nueve meses una guerra contra Israel en la Franja de Gaza, un territorio que gobierna desde 2007, desencadenada por el ataque el 7 de octubre de sus combatientes en el sur del Estado israelí. Haniyeh era también el principal mediador del grupo en las negociaciones para un acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes en Gaza, que después de semanas de impulso por parte de los mediadores parecen ahora destinadas al estancamiento.
De momento, ningún alto cargo israelí ha reconocido de manera oficial la operación, aunque algunos ministros han sugerido en redes sociales que Israel se encuentra detrás de la muerte del líder palestino.
“La estrategia de los asesinatos políticos (…) lleva a preguntarse sobre cómo se pueden celebrar negociaciones en las que una de las partes asesina a la otra, con la que negocia al mismo tiempo”, comentó en la red social X (Twitter) Mohamed bin Abderrahmán Al Thani, el primer ministro de Catar, uno de los países mediadores.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, convocó al gabinete de seguridad, aunque no ha trascendido más información. “No queremos la guerra, pero nos estamos preparando para todas las posibilidades”, afirmó el ministro de Defensa, Yoav Gallant, en referencia tanto a la muerte de Haniyeh, como en un ataque admitido por Israel en Beirut, en el que murió el comandante el jefe del ala militar de Hizbulá.
Condena y luto en Oriente Medio
Los mensajes de condena y luto por la muerte de Haniyeh han llegado de lugares como Irak, Jordania, Siria, Egipto, e incluso de antiguos rivales políticos como el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, que gobierna en partes de Cisjordania ocupada.
Turquía, China, Rusia o Catar se sumaron a la condena del asesinato y alertaron del riesgo de empeoramiento y extensión del conflicto.
Haniyeh se había convertido en la cara visible de la diplomacia de los islamistas, liderando las delegaciones a países vecinos y asegurando el apoyo de actores clave, como Irán o Turquía, en la lucha armada del grupo palestino contra Israel.
El Gobierno de Abás en Cisjordania condenó enérgicamente el asesinato del líder del movimiento Hamás y lo consideró “un acto cobarde y un acontecimiento peligroso”. La ANP declaró un día de luto oficial.
El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Husein al Sheikh, también condenó la muerte del líder político de Hamás, y llamó a uno de los dirigentes del grupo, Jaled Meshal, para darle sus condolencias e insistir en “la unidad y la fuerza de nuestro pueblo”.
El 23 de julio, Hamás y la formación secular Fatah, que lidera Abás, firmaron en Pekín una declaración en la que se comprometieron a acabar con la división que impera desde 2007 entre estas dos facciones palestinas y a fortalecer la unidad con el resto de grupos.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo que un alto el fuego en Gaza es un “imperativo duradero” y aseguró que Washington no estaba “al corriente” ni “implicado” en la muerte de Haniyeh.
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Blinken aseguró que Washington no tenía constancia ni está implicado en la muerte de Haniyeh.
“Esto es algo de lo que no teníamos constancia ni en lo que estábamos implicados. Es muy difícil especular” sobre el impacto que este asesinato puede tener, dijo Blinken al canal de televisión Channel News Asia durante su visita a Singapur.
Por su parte el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, advirtió que el asesinato de Haniyeh amenaza con “desestabilizar considerablemente” la región.
“Creemos que estas acciones están dirigidas contra los intentos de restaurar la paz en la región y que pueden desestabilizar considerablemente una situación ya tensa”, afirmó el portavoz.
“Han matado al cuerdo y dejado al loco”
En Gaza, la muerte de Haniyeh hizo amanecer a los ciudadanos en vilo sobre el destino de la Franja ahora que esta queda en manos del cabecilla de la organización en el enclave, el radical Yahya Sinwar: “Israel ha matado al cuerdo y ha dejado al loco”, dijo entre lágrimas una palestina a EFE.
“Esto es otra excusa para seguir matando civiles en Gaza con tal de alcanzar a Sinwar”, lamenta esta mujer mientras escucha las noticias en la radio.
Sinwar, líder de Hamás en Gaza, es considerado el cerebro tras los ataques del 7 de octubre, en los que las milicias palestinas de la Franja mataron a unos 1 mil 200 israelíes y secuestraron a otros 251, desencadenando una ofensiva de Israel en el territorio en la que ya han muerto más de 39 mil 400 gazatíes, según las autoridades locales.
Desde 2017, Haniyeh era el presidente del buró político de Hamás, en reemplazo de Khaled Mashal, y en 2019 se mudó de la Franja a Catar, desde donde se ocupaba del liderazgo y representación del grupo islamista, sobre todo en la arena internacional.
Antes fue el primer ministro del Gobierno de unidad nacional palestino creado con Fatah tras el triunfo de Hamás en las legislativas de 2006, que se disolvió un año después, lo que desembocó en la toma del poder por la fuerza de los islamistas en la Franja. Entre 2012 y 2017 fue el líder del grupo dentro del enclave, puesto en el que le sustituyó Yahya Sinwar.