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Termina la canícula y se esperan lluvias intensas que podrían afectar los cultivos
Después de semanas de ausencia de lluvias, el Insivumeh pronostica que estas aumentarán entre un 10% y 20% en comparación con años anteriores.
Esta semana será impactada por el ingreso de una onde del este, que traerá lluvias para la mayor parte del territorio nacional. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)
Desde la segunda quincena de julio las lluvias disminuyeron en el territorio nacional como producto de la canícula, período que según pronóstico del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) terminará en los próximos días, pero las condiciones que se esperan podrían ser perjudiciales para los cultivos.
El monitoreo del Insivumeh indica que las zonas más afectadas por la canícula fueron la parte central de Chiquimula, así como La fragua y Teculután, en Zacapa.
“A partir de la segunda quincena de agosto esperamos que las lluvias empiecen nuevamente a incrementar, para alcanzar su segundo máximo en los próximos dos meses”, dijo César George, pronosticador del Insivumeh.
El enfriamiento que se observa en las aguas del Pacífico y las altas temperaturas del Atlántico, El Caribe y del Golfo de México son favorables para una temporada de precipitaciones por arriba de lo normal, principalmente en el sur de Petén, la Franja Transversal del Norte, en el Caribe, y en las costas del Pacífico.
Dicho incremento oscilará entre el 10% y 20% de lo que normalmente llueve para este período del año.
“Estamos apuntando a que septiembre y octubre puedan ser los más lluviosos de la temporada, y no se descarta la influencia directa o indirecta de dos sistemas tropicales”, agrega George.
Si se mantiene la tendencia a que se presente el fenómeno La Niña, las precipitaciones podrían extenderse a la segunda quincena de noviembre, de lo contrario el pronosticador advierte que finalizarían en octubre, esto en el sur y en el centro del país.
10 % a 20% será el incremento de lluvia para esta temporada, según el Insivumeh
Al momento, las probabilidades de que La Niña llegue son del 40% y 60%, y George indica que la mayoría de los modelos apuntan a que el fenómeno se gestará de octubre a noviembre. Sus efectos continuarían hasta el primer trimestre del 2025.
Lluvias esta semana
Estos días se esperaba el ingreso de una onda del este, la número 16 del año, lo que traería un aumento de lluvias a nivel nacional. Los acumulados más importantes podrían darse en la Bocacosta, en el Pacífico y en la Franja Transversal del Norte.
Dichas condiciones continuarán el fin de semana y no se descarta que en algunas regiones del país haya tormentas locales con viento fuerte y posible caída de granizo, especialmente en zonas montañosas.
Para lo que resta de agosto se esperan de cuatro a cinco ondas del este más. Aunque septiembre es el mes en el que más ocurren estos fenómenos, pues habrán entre seis y ocho, añadió George.
Monitoreo del Maga
De acuerdo con la perspectiva agroclimática que realiza el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (Maga), se prevé que con la onda del este pronosticada por el Insivumeh las lluvias se generalicen en las distintas regiones del país, con énfasis en los municipios fronterizos con México.
Ante estas condiciones climáticas se monitorean 115 municipios por los posibles daños que puedan tener los cultivos de maíz, frijol café, cardamomo, hortalizas, piña, banano, tabaco, plátano, tomate, melón, caña de azúcar, hule, palma de aceite y pastos.
La vigilancia se realiza especialmente en Coatepeque (Quetzaltenango), Senahú (Alta Verapaz), Patulul y Chicacao (Suchitepéquez), Livingston (Izabal), Sayaxché (Petén), Asunción Mita (Jutiapa), Escuintla y Santa Lucía Cotzumalguapa (Escuintla).
Algunas zonas del país presentan escasa humedad en los suelos, por abajo del 25 por ciento, con un riesgo de sequía, como Baja Verapaz, El Progreso, el sur de Quiché, el este de Guatemala y el sur de Alta Verapaz.
En el otro extremo están los que tienen más del 75% de humedad, y podrían estar en riesgo de exceso de agua e inundaciones, acá están algunas regiones de Petén, la zona este de Alta Verapaz, Chiquimula y Huehuetenango, y el noreste de Izabal.
Consecuencias en la producción
Alberto Cano, ingeniero agrónomo del Instituto de Investigación en Ciencias Naturales y Tecnología (Iarna), menciona que la variabilidad climática que se observa en el país es producto del calentamiento global, y esto se manifiesta en canículas prolongadas, que desde los últimos ocho años son más marcadas, como también el aumento de lluvias concentradas en períodos cortos.
“Hay periodos de escases de agua a nivel de cultivo y luego lapsos con lluvia constante -anegamiento de los suelos-, esto causa estrés a las plantas, y se ve reflejado en enfermedades, como hongos”.
Alberto Cano, ingeniero agrónomo del Iarna
Esto afecta directamente en la producción: ya no se produce como antes o se reduce el volumen.
Cano señala que las hortalizas son las más afectadas, productos que son de consumo masivo, entre ellos tomate, cebolla, papa, zanahoria, y suelen cosecharse en municipios como Almolonga (Quetzaltenango) Sumpango (Sacatepéquez).
Pero también se dañan los cultivos de maíz y de frijol. “Esto es fundamental, pues hablábamos de que los granos que se producen ahora se almacenan para la temporada siguiente”, añade.
Si esta producción y consumo cíclico de granos básicos se interrumpe es innegable el impacto negativo en la seguridad alimentaria de los hogares de los pequeños agricultores, ante la escasez de alimento. En esta condición se encuentra más de tres millones de guatemaltecos, según el último informe de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria por Fases (CIF).
La recomendación del ingeniero agrónomo del Iarna acerca de prevenir la afectación de los cultivos es tener un canal de comunicación efectivo con los agricultores.
Si bien el Insivumeh realiza los pronósticos del clima y el Maga desarrolla las perspectivas agroclimáticas semanales, es importante que esa información llegue hasta el pequeño agricultor para que estos puedan implementar con antelación estrategias que eviten cualquier daño a sus sembrados.
Cabe recordar que este año hubo un atraso en las siembras debido al ingreso tardío de la temporada de lluvia, lo que impacta en las cosechas, no solo para la agricultura familiar —hogares que subsisten de lo que cultivan— sino también para los pequeños productores, que abastecen el 70% del mercado local. De esa cuenta, es que Cano no descarta que los precios de las verduras y legumbres se mantenga elevados en los próximos meses.