“No sé si va a suceder este año, no sé si va a pasar con este Gobierno”, dijo Rubio, hijo de inmigrantes cubanos.
Actualmente, el debate más polémico gira entorno a cómo proporcionar un camino hacia la ciudadanía para los más de 11 millones de inmigrantes indocumentados que se calcula hay en el país.
Las declaraciones de Rubio contradicen las intenciones declaradas anoche por el presidente Obama en su discurso sobre el Estado de la Unión, en el que urgió al Congreso a que llegue a un acuerdo sobre el tema para lograr una ley integral migratoria.
Según Rubio, quien fue uno de los legisladores que logró sacar adelante el proyecto de ley para la reforma en el Senado el pasado junio, llegar a un acuerdo en la Cámara baja requerirá convencer a los congresistas más conservadores de que la reforma no atraerá nuevos flujos migratorios al país.
El senador republicano consideró además que hay casos que ponen “en evidencia que el Gobierno, este Gobierno, decide unilateralmente qué partes de las leyes se hacen cumplir y cuáles no”, lo que genera dudas entre los conservadores.
La reforma migratoria es una de las grandes asignaturas pendientes del presidente, quien lleva prometiendo su aprobación desde su llegada al Despacho Oval.
El 2013 parecía ser el idóneo para un consenso, cuando se logró el acuerdo bipartidista en el Senado, sin embargo la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, no consideró siquiera el proyecto.
La reunión del Partido Republicano que tendrá lugar esta semana será un momento clave para conocer qué líneas y requisitos lanzarán los conservadores para intentar llegar a un acuerdo con los demócratas en la materia.