Los principios también estipulan que la seguridad nacional y económica de Estados Unidos depende de exigir que las personas que viven y trabajan en el país sin la debida autorización se regularicen ante la ley.
También descartan implementar un mecanismo especial de naturalización. En lugar de ello, dicen que los inmigrantes que viven en el país ilegalmente podrían quedarse y regularizar su estatus si pasan una revisión de antecedentes, pagan multas e impuestos atrasados, aprender a hablar inglés y comprenden el civismo nacional, además de poder mantenerse sin requerir de la seguridad social.
Portavoces del bando conservador señalaron durante la semana que avanza la idea de promover algún tipo de estatuto legal (pero no de ciudadanía) paro los cerca de 11 millones de indocumentados que viven en Estados Unidos.
“El problema ronda desde hace al menos 15 años y se ha convertido en un partido político de fútbol”, dijo Boehner a la prensa al margen del encuentro.
“Me parece injusto y creo que ha llegado la hora de afrontarlo (el tema migratorio). Es de gran importancia abordar cómo se va a hacer”, añadió.
Los dirigentes conservadores son conscientes de la necesidad de una reforma y que su postura política se ha traducido en una falta de apoyo electoral por parte de la comunidad hispana con derecho a voto.
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