Salud y Familia
El arte de sanar: cómo romper con los patrones de insatisfacción
El descontento en relaciones personales o laborales genera la necesidad de huir o distanciarse, pero al trabajar en este conflicto se pueden encontrar soluciones.
La infancia y los patrones familiares condicionan reacciones ante situaciones desagradables. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)
Analizaba un día con un asesor personal la sensación de necesidad de huida o alejamiento por insatisfacción. A qué me refiero, por ejemplo, el descontento en la relación de pareja, la frustración en el trabajo o desacuerdos familiares, entre otros.
Este malestar limita la vida y provoca problemas en las relaciones y consigo mismo.
Al estudiar estos comportamientos reflexionamos sobre el pasado emocional en la niñez y la relación de esta etapa con el deseo de huir para abandonar aquello que nos desagrada, asimismo observamos el comportamiento de los padres al enfrentarse a estas situaciones. Luego de reflexionar e indagar descubrimos cuales eran los condicionamientos mentales que dirigen este actuar:
- Los padres se alejaban al momento de tener problemas familiares o entre ellos.
- Familias que tuvieron la necesidad de irse a vivir con los abuelos o algún familiar, al pasar el tiempo experimentaron problemas de convivencia, tomaron sus maletas, a los hijos y se fueron de aquel lugar.
- Algunos padres al afrontar situaciones desagradables usaron la frase “no tenemos por qué estar aguantando este trato”.
- Quejas constantes de los padres sobre el ambiente y compañeros de trabajo terminaron en renuncia o despido.
- Sensaciones en la infancia de desvalorización provocaron ideas de escape para nunca volver al hogar.
- Niños con problemas emocionales entre amigos o familiares conllevaron distanciamiento.
Esto nos llevó a ver a nivel mental y emocional lo oculto detrás de estos hechos: la inseguridad y el desamparo.
Nos dimos cuenta que van de la mano y que estas dos sensaciones expresan el deseo de querer hacer cambios en el modo de vida sin que estos se concreten, en primer lugar por no saber cómo dar el primer paso para lograrlos, y en segundo la sensación de no tener a alguien que acompañe, oriente o apoye en el camino correcto para pasar a la acción y conseguir la meta deseada.
Luego, descubrimos que esta insatisfacción y desamparo es la valoración de lo que merezco y necesito, lo cual se origina por comparar lo que tienen los demás. Al repetir estos pensamientos en la mente se convierten en una sensación negativa habitual.
"Para sanar es necesario dejar de ver hacia afuera e iniciar a observar nuestros pensamientos y sensaciones".
Mi objetivo con este artículo es que los lectores trabajen en aquello que necesiten cambiar en sus vidas. Si desea practicar esta vivencia le invito a participar en nuestras consejerías las cuales les orientan en este proceso. Más información al WhatsApp 4293-5610.
*Neuroeducador, coach y consejero de reingeniería emocional