Para viajar a la comunidad, los pobladores deben caminar una hora y 25 minutos entre un área boscosa, y si alguien quiere llegar en vehículo, debe ser de doble tracción, pues el camino se encuentra en pésimas condiciones.
Irineo Cuc Paz, ex alcalde auxiliar de Mano de León, cuenta que los vecinos sobreviven de la siembra de maíz, frijol y trabajos que realizan en fincas cercanas.
Agregó que la comunidad ve lejano que las autoridades los ayuden para resolver sus problemas como la falta de comida, recursos y fuentes de trabajo, y ya perdieron las esperanzas de que les provean de servicios básicos.
Recordó que en nueve años que sirvió como autoridad comunitaria, los alcaldes solo llegaron dos veces al caserío, y que eso es un parámetro para demostrar el desinterés que tienen en ese poblado.
“Lo que queremos es algo con qué trabajar como semilla, abono o algún proyecto, pero no hay. La voluntad de Dios permitió que un canadiense nos dotara de aparatos de energía solar”, contó Cuc.
Explicó que esta tecnología es una luz en la oscuridad para seis de las 21 familias, aunque reconoció que en invierno los beneficiados solo tienen acceso a dos horas de electricidad, por la escasa luz del Sol.
Los pobladores aseguraron que el caserío fue asentado por sus abuelos hace más de cien años, cuando llegaron a trabajar a las fincas de la zona.
Pocas obras
Según Aurelio Cuc Sequén, otro vecino, el entonces alcalde Javier Fuentes únicamente les construyó una pila, y durante la administración de Antonio Siliezar Portillo solo se hizo una bodega que sirvió como escuela y que ahora es una clínica que no tiene nada y a la que no llegan ni médicos ni enfermeras.
Añadió el jefe edil anterior, Óscar Farington, les dejó unos documentos para darles certeza jurídica de las propiedades. Cuc Sequén mencionó que solicitaron un proyecto de agua domiciliar, un camino mejor y un cementerio, pero nunca se concretaron.
“Por lo lejos que estamos, nos tienen abandonados y tenemos que cargar a nuestros enfermos y nuestros muertos hasta el pueblo, porque aquí no hay medicinas, tampoco tenemos un cementerio donde enterrar a nuestros familiares”, expresó.
Solicitan apoyo
Los vecinos solicitan que los incluyan en programas del Gobierno para tener acceso a alimentos, semillas y abono, y así mejorar sus cultivos, pues es la única forma de subsistencia porque la mayoría de jóvenes y adultos no tienen educación y no pueden optar a otro tipo de trabajo.
La escuela fue construida en el 2008, a un costo de Q122 mil 500, cuenta con un panel solar para iluminar las dos aulas y que el único profesor que llega en motocicleta a la comunidad es Diego Ixcamey, de la Asociación Los Patojos.
Sin embargo, Cuc relató que los niños se entretienen jugando con tierra y un aro de bicicleta, porque el maestro no ha asistió a impartir clases por la lluvia.
Reacciones oficiales
El alcalde Marcus González aseguró que para combatir la desnutrición en esa comunidad se ha llevado alimentos y que un proyecto de electrificación será uno de las prioridades posteriormente, al igual que mejorar las condiciones de la escuela, el camino y el transporte.
“Estamos viendo con algunas instituciones internacionales o personas que nos ayuden para llevarles una vivienda segura a cada una de las familiares que viven en total abandono”, dijo.