La menor de las Williams se convierte en la primera tenista que logra los títulos de Wimbledon y el Abierto en la misma temporada desde que ella misma lo consiguió en el 2002.
Gran encuentro
La campeona olímpica comenzó arrolladora en el primer set para romperle el saque a Azarenka en el segundo y en el octavo, que le permitió ganarlo en 34 minutos.
A pesar de haber perdido el set, Azarenka comenzó a tener mayor confianza con su juego y golpes desde el fondo de la pista, y restó mejor al saque de Williams, que ya no fue tan demoledor como en el primer set.
El resultado fue romperle el saque a Williams en el primero para comenzar a dominar el juego y dejarla sin recursos, cuando ambas entablaban el intercambio de golpes desde el fondo de la pista.
Azarenka mantuvo su saque y volvió a romperlo de nuevo a Williams en el quinto, para asegurar la segunda manga en 38 minutos y forzar la tercera, algo que nadie en el torneo había podido conseguir ante el poder físico de la estadounidense.
El tercer set permitió que ambas se entregaran su mejor tenis, especialmente Azarenka, que demostró tener mejor técnica y variedad de golpes que la campeona olímpica, que siguió con muchas dudas en su juego.
Serena se complicó en el tercer juego, cuando no pudo mantener su saque y lo perdió por tercera vez (1-2) en el partido, mientras que Azarenka se crecía, pero de nuevo el poder físico de la campeona olímpica le permitió recuperarlo en el cuarto después de haber estado cuatro veces con pelota de juego para la tenista bielorrusa.
La rotura del saque hizo que Williams recuperase de nuevo su confianza en un momento crítico y luego apoyarse en su saque, que le volvió a fallar en el séptimo juego, lo que le pudo costar su 15 título de Grand Slam, y por segundo año consecutivo perder de manera sorpresiva la final.
No se dio la sorpresa como el año anterior contra la australiana Samantha Stosur, y esta vez Williams confirmó que llega al final de temporada como la mejor tenista del momento.