Keane, quien estuvo de visita en el país durante dos semanas, visitó varias comunidades indígenas para conocer su visión sobre los programas de la agencia y comenzar el proceso para que esta se incluya en el desarrollo de todas las actividades.
“En Guatemala un alto porcentaje de la población es indígena y según los indicadores de desarrollo ellos están atrás del resto de la población. Hay más pobreza, más desnutrición, menos acceso a la educación, menos acceso a los servicios de salud y menos acceso al sistema de justicia”, reconoció el asesor.
Keane explicó que, para reducir esos índices de desigualdad, los pueblos indígenas deben ser incluidos en el diseño, implementación, monitoreo y evaluación de las estrategias.
“Ellos tienen décadas de ver el trabajo de oenegés y organizaciones de desarrollo que han llegado a las comunidades con sus ideas, pero muchas veces esas ideas no funcionan, no son relevantes para la vida de ellos”, señaló el experto.
El representante de Usaid agregó que este nuevo sistema además permitirá el uso responsable del financiamiento. “Si queremos gastar el dinero de los impuestos de las personas de EE. UU. de manera responsable tenemos que buscar maneras de trabajar con las comunidades y que los proyectos sean sostenibles”, indicó.
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El trabajo
Usaid trabaja en comunidades indígenas del altiplano del país, en proyectos de salud y nutrición, educación y agricultura, entre otros.
La agencia destaca que Guatemala “tiene una de las distribuciones de ingresos más desiguales del hemisferio”, pues se estima que “el 51% de las personas vive en la pobreza, y uno de cada dos niños menores de 5 años padece desnutrición crónica”.
El trabajo de Usaid se enfoca en la población indígena pues “la mayoría de los pobres de Guatemala son indígenas rurales de origen maya que tienen una larga historia de discriminación y exclusión de la plena participación económica, política y social”, indica la descripción de la agencia.
También se resalta que “los indígenas rurales -de Guatemala- fueron los más afectados por el conflicto armado de 36 años -1960-1996- que se cobró más vidas que los conflictos en El Salvador, Nicaragua, Chile y Argentina juntos”.
Keane resaltó esto al indicar que, “los pueblos indígenas en Guatemala son como diamantes, son resilientes, siguen acá después de cientos de años, después de intentos de genocidio”.
Reducir las migraciones
Para Usaid, mejorar las condiciones de vida de las poblaciones indígenas está estrechamente relacionado con la reducción de las migraciones. El asesor de la agencia señala que las migraciones ocurren porque no hay acceso a oportunidades.
“Las comunidades indígenas también quieren solucionar el problema de la migración porque hay comunidades donde la población es anciana, muy joven o las mujeres se quedan solas a cargo del hogar, porque los hombres migraron. Eso causa problemas en la comunidad, los chicos pueden empezar a tomar alcohol o drogas, ellos también comparten la preocupación de la migración”, asegura Keane.
Por ello, la meta de la nueva forma de trabajo de Usaid es incluir a los indígenas en los diseños de los proyectos. “No podemos pensar en todas las necesidades de ellos, queremos escuchar de esas comunidades cuáles son sus necesidades y diseñar en conjunto los programas y proyectos que los impactan, así ellos pueden contribuir con sus conocimientos e ideas”, resaltó el asesor.
“Hay racismo en Guatemala”
Brian Keane, asesor de Asuntos Indígenas para la Asistencia Extranjera de los EE. UU afirma que, aunque se trata de un buen porcentaje de población, las comunidades indígenas en el país no son escuchadas.
¿Cuál es la situación de las poblaciones indígenas en Guatemala?
Los datos dicen que tienen menos esperanza de vida, tienen mucho menos acceso a la educación, la educación no es en sus idioma, es muy alto el nivel de mortalidad infantil por problemas de salud, de muertes maternas.
¿Por qué es importante trabajar en conjunto con esta población?
Los indígenas tienen mucho para ofrecer, son organizados, tienen sus formas de gobierno en sus territorios y estas funcionan bastante bien y sin recursos. Las comunidades indígenas no son pasivas, hasta que tengamos un modelo de desarrollo que reconozca el respeto a sus derechos vamos a encontrar soluciones a la pobreza, la desnutrición.
¿Cuál es un caso de éxito en esta forma de organización?
En 48 cantones -de Totonicapán- hay cinco juntas que tratan diferentes temas, para el medio ambiente y para el agua -entre otros-, nadie recibe dinero por su trabajo, todo es voluntario, pero han trabajado así por más de 250 años y podemos ver que hay menos violencia.
La exclusión de los pueblos indígenas ¿se puede resolver en corto tiempo?
Es un trabajo de largo plazo, es estructural, hay racismo. Hay expertos en agricultura y salud que no entienden que también hay expertos indígenas en sus propias formas, y que podemos combinar ciencia occidental con ciencia indígena. Así se tendrán mejores resultados en todo.
¿Cómo es el modelo de desarrollo de las comunidades indígenas?
Para los pueblos indígenas el desarrollo no es un proceso lineal donde empiezan pobres, hacen cosas y llegan a ser desarrollados. El proceso es circular, basado en sus territorios, el desarrollo es cómo mejorar la vida de la comunidad y proteger el territorio para las vidas futuras.
Se dice que la población indígena se opone al desarrollo
Ellos no están en contra del desarrollo, pero quieren un desarrollo con identidad, con cultura, con resultados que beneficien a sus comunidades.
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