Sonaron canciones que son recurrentes en las cenas que Trump lleva a cabo en su mansión de Florida, como “YMCA”, de Village People; “An American Trilogy”, de Elvis Presley; o “November Rain” de Guns N’Roses.
Esta anécdota del 14 de octubre parece salir de la actitud de Trump, pero refleja la importancia de la música en las elecciones de Estados Unidos.
Por su parte, el 25 de octubre Beyoncé se sumó a la lista de artistas como Bruce Springsteen o Eminem que han participado en los eventos de la candidata demócrata, Kamala Harris, con el objetivo de impulsar su campaña en la recta final.
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Harris cuenta además con el respaldo electoral de Taylor Swift, la mayor estrella pop del momento.
Los candidatos presidenciales de Estados Unidos han utilizado la música durante más de dos siglos, cuenta a EFE Eric Kasper, quien analizó este tema en un libro.
En general, utilizan canciones para transmitir los mismos mensajes que en sus discursos, pero su objetivo son “audiencias potencialmente diferentes”: “La música puede atraer emocionalmente a los oyentes de una manera que los discursos u otros medios no pueden”, agrega.
Harris y la definición alternativa de libertad
La vicepresidenta y candidata Kamala Harris eligió “Freedom” (libertad, en español) de Beyoncé, para su primer video de campaña tras sustituir a Joe Biden como aspirante, y desde entonces este lema la ha acompañado a todos sus mítines para abrir y cerrar los eventos.
La noche del viernes 25 de octubre, Beyoncé apareció junto a Harris en Houston, Texas, donde el público se entusiasmó.
“Freedom” forma parte de “Lemonade”, un álbum que rompió esquemas cuando fue presentado en 2016, y su letra habla sobre la libertad, en particular, sobre lo que esa palabra significa para los afroamericanos.
Hacer campaña con canciones que hablan de libertad en el título es una tradición en Estados Unidos. Lo hicieron por ejemplo John Adams (1797-1801), Thomas Jefferson (1801-1809), James Madison (1809-1817) o Abraham Lincoln (1861-1865), explica Kasper.
“La campaña de Harris intenta apelar a esta tradición de defender la autonomía de los votantes frente a los excesos del Gobierno“, agrega.
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Pero Harris se ha querido distanciar del concepto patriótico de libertad que los republicanos habían abanderado en los últimos años y ella propone en el video oficial “libertad para que las mujeres puedan tomar decisiones sobre su cuerpo”, en relación al aborto, o la “libertad de estar seguro frente a la violencia de las armas”.
Trump apuesta por la tradición
No hay mitin electoral de Trump que no arranque con “God Bless the USA’ (Dios bendiga a Estados Unidos), del cantante de country Lee Greenwood, mientras el republicano baila, mostrando el puño y señalando a personas del público.
El propio Greenwood actuó en la Convención Republicana de julio, días después de que Trump sobreviviera a un intento de asesinato.
Esta canción patriótica, en cuyo estribillo el autor se dice “orgulloso de ser estadounidense”, ha acompañado al magnate neoyorquino desde la campaña de 2016 que lo llevó a la Casa Blanca.
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Este tema es un clásico en el Partido Republicano desde hace 40 años. Ronald Reagan (1981 – 1989) fue el primero en usarla. Además, Trump también tomó prestado el lema “Make America Great Again” (Hagamos a Estados Unidos grande otra vez).
La letra hace alusión a la libertad, pues identifica a Estados Unidos como el lugar donde se puede ser libre. Kasper afirma también que tiene referencias positivas a la religión, lo que la hace popular entre los votantes evangélicos.
Agregado al country los republicanos han incursionado también en la salsa con una canción en español que busca atraer el voto latino y que se burla de su rival demócrata.
“Kamala, qué mala eres”, recita la adaptación trumpista de “Juliana”, el éxito del dominicano Cuco Valoy. Los votantes hispanos son clave en las elecciones y los resultados del 5 de noviembre dirán si Trump acertó o desafinó con ese tema.