Antonio Sánchez, poblador de Los Esclavos, expresó: “Son muchos los vehículos parqueados a la orilla de la carretera, lo que dificulta la visibilidad a los pilotos”.
Señaló que podría afectar la salud de los pobladores, ya que muchos de esos carros están allí desde hace mucho tiempo y sus partes están oxidadas, por lo que cuando hay viento, el polvillo es inhalado por la gente que vive en los alrededores.
El problema se agrava con el paso de los días, pues la mayoría de vehículos consignados en los tribunales locales son enviados a ese lugar.
Los dueños de los vehículos no se interesan o no pueden solventar la situación de sus automotores, y los dejan abandonados en el predio, donde son deshuesados ilegalmente y se convierten en chatarra.
Alfredo Morales, vecino del lugar, señaló que el predio en El Boquerón también daña la imagen del lugar, pues está en la ruta de paso de centroamericanos que vienen y salen de Guatemala.
El gobernador, Maynor Morales, dijo que se tiene en estudio la compra de un terreno para acumular allí la chatarra.
El subcomisario Luis Francisco González detalló que el que ordena la acumulación de los vehículos en ese lugar es el Organismo Judicial (OJ), y que a este le corresponde buscar un nuevo sitio para los automotores, pues quedan consignados a su jurisdicción.
El OJ organiza subastas periódicas de vehículos decomisados, y lo recaudado va a sus fondos.
Una situación similar ocurre en Jutiapa, donde los vehículos son acumulados en una aldea de la cabecera.
En Huehuetenango, el lugar del predio fue reubicado hace dos años, pero las autoridades dejaron chatarra en el lote que alquilaban para este fin.
Adolfo Torres, propietario del referido terreno, relató que el traslado fue hace dos años, pero en ese lugar todavía hay chatarra, la cual no puede moverse, porque está consignada por los tribunales. “He pedido ayuda al OJ, pero no solucionan este problema”, dijo.
El gobernador, Rudy Cardona, declaró que debe existir un mecanismo para eliminar esa chatarra.
Se intentó consultar por la vía telefónica varias veces al Juez de Tránsito de Huehuetenango, Enrique Gómez, sobre cómo resolver esta situación, pero no respondió.