Durante un día de escaso volumen de negocio, la cotización del crudo se vio presionada ayer ligeramente a la baja por el aumento mayor de lo previsto en las reservas de Estados Unidos anunciado en la víspera por el Departamento de Energía.
La subida de esas existencias en este país, unido a la reducción de la actividad de las fábricas en China, el otro mayor consumidor energético mundial, influyeron más en el comportamiento de los futuros del WTI que las tensiones en naciones productoras como Irán, Nigeria y Siria.
El crudo termina así un año que empezó marcado por las revueltas de la llamada primavera árabe en países productores, como Egipto y Libia, que dispararon el precio por encima de la barrera de US$100 por barril, por la interrupción en el suministro.
A mediados de mayo, el WTI llegó a cotizar por encima de US$114 por barril, un nivel al que no llegaba desde hacía más de dos años y medio, cuando estalló la crisis económica en EE. UU. que luego se contagió al resto del mundo.
Influyeron en el precio del crudo la crisis de deuda en la zona euro y la situación de la economía estadounidense, cuando la agencia Standard & Poors decidió rebajar su calificación sobre la deuda de ese país.