PERSPECTIVAS – ¿Qué nos deja el 2009?
Hacer un balance ex-haustivo no tiene mayor sentido, requiere un escalpelo que supera el espacio y el sentido de una columna de opinión; pero ello no escapa a la posibilidad de mencionar ciertas variables que marcaron la agenda nacional de este año que se nos escapa en pocas horas.El 2009 ha sido marcado, como ya es una tendencia repetitiva, en un año donde la agenda política circunstancial ha sido la determinante. Me refiero a esa construcción del día a día, donde priva la improvisación y los acuerdos, que aunque legítimos, están determinados por las ocurrencias, los distractores y la lógica de sacar ventaja a todo cuanto aparezca a la vista. Creemos que hubo pocos acuerdos políticos, cuando en realidad los pactos fueron el elemento clave para mantener una débil gobernabilidad, golpeada por movimientos teledirigidos orientados a la desestabilización, cuyos resabios aún permanecen en el ambiente; creadores de poco margen de maniobra para el eslabonamiento de proyectos de largo aliento. Detrás de este entramado, que más suena a un teatro cotidiano del que todos paramos formando parte, se esconden ciertas líneas claves que van determinando la agenda real. Por ejemplo, mientras se lanza con bombos y platillos el proyecto de la Franja Transversal del Norte, el proyecto de ley sobre participación público-privado y otras iniciativas aparentemente orientadas a mejorar la productividad y elevar la competitividad del país, en realidad lo que tenemos a la vista es un nuevo recorte de lo poco de Estado que aún nos queda. Qué paradoja: continuar aprovechándose de los recursos públicos y profundizar las asimetrías que nos hacen ser de los países más desiguales del mundo, tras un discurso desarrollista que quiere sonar a creíble. De eso se trata todo este entramado circense; hacernos creer que estas iniciativas nos lanzarán hacia el siglo XXI, cuando en realidad son propias del mercantilismo más atroz. Mientras eso sucede a pasos agigantados, el poco margen de maniobra de los gobiernos solo alimentan el servilismo y crean condiciones para la consolidación de una nueva élite que también se suma a quienes subsumen los recursos públicos. Realmente, ¿a quiénes les interesa el país y sus desafíos de fondo?En resumen, asumimos una ficción permanente, donde los episodios de realidad se resuelven tras bambalinas, mientras que en el escenario público se debate una agenda cargada de trivialidades y confusiones creadas a propósito. Ojalá que este 2010, que apenas comienza a asomarse, sea fuente de inspiración para colocar sobre la mesa los verdaderos debates trascendentes y dejemos de jugar un juego inútil y artificial. rlrosal@yahoo.es