Este gran conjunto de voces envidiables que ocupa nuestro talento registrado en su segunda parte, trabaja día a día por hacerse espacio en el medio que responda a sus diferentes estilos y necesidades, y sus únicas armas son la pasión por la música y un instrumento nato que los hace excepcionales: su voz.
Hombres y mujeres de todas las edades y épocas por igual, enfrentan los mismos sinsabores que los grupos, pero saben lo que buscan y ven el futuro como un aliado para alcanzar sus metas. Casi todos sueñan con trascender, convertirse en íconos, escuchar sus canciones en la radio y vivir de la música, algunos han ganado ya reconocimientos importantes del medio, como Gaby Moreno, quien obtuvo el primer lugar del prestigioso concurso de John Lennon, pero por sobre todo empeño de fama y grandeza, desean crecer y morir siendo artistas.
Su fortaleza La mayoría tiene ya una línea definida, discos y un público que los aprecia. Muestran un carácter firme y tolerante a la frustración, pues sin ello no podrían soportar los portazos de los llamados que hacen y no son atendidos.
Su círculo familiar es su fortaleza, el apoyo incondicional que les inyecta energía y, en la mayoría de los casos, provee los medios económicos que la apenas naciente industria musical y patrocinios del medio no puede ofrecer.
Lo más valioso de estas personas que día a día están en la búsqueda de oportunidades para darse a conocer, sobre todo en el extranjero, es que son guatemaltecas y ayudan al engrandecimiento de nuestra tierra. Aman con sinceridad sus raíces y desean que sus logros contribuyan para que Guatemala se convierta en una nación que exporta talento.
El apoyo del público es clave para nuestros artistas, porque está demostrado que cuando se unen las fuerzas nace una gran estrella que deja el agradable sentimiento de la satisfacción, como fue el caso de nuestro Latin American Idol Carlos Peña, a quien Guatemala colocó en su pedestal, agradeciendo su empeño, gracia y simpatía al dar a conocer su talento en América Latina.
Aún hay más Otra parte artística que ha dejado buen sabor en nuestro país es la de la cinematografía.
En septiembre el cineasta Julio Hernández fue una persona más que puso en boca de extranjeros destacados en el séptimo arte el nombre de Guatemala al ganar el premio de cine en construcción del Festival de San Sebastián en España, lo que le permitirá concluir su cinta Gasolina, ahora más esperada que nunca.
Así que vamos a conocer este mundo, el de los directores guatemaltecos, sus proyectos, triunfos, luchas y necesidades.
Porque existe gente que quiere hacer las cosas bien y sobresalir cargando con Guatemala a cuestas, es que puede haber un cambio positivo que llenará de orgullo a cada habitante de nuestra nación en el fructífero plano artístico.
Guatemala cuenta con un buen número de solistas que ofrecen un futuro prometedor