La convocatoria oficial será en enero, confirma la ministra de Finanzas Públicas, Antonieta de Bonilla. El método aún no lo tiene claro, pero según la funcionaria, el propósito es el mismo: llegar a acuerdos con la sociedad para apuntalar los ingresos tributarios en el corto y mediano plazo.
Como mínimo, el gobierno de Óscar Berger quiere alcanzar la carga tributaria del 12 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), establecido en los acuerdos de paz. Este año la carga se mantendrá en 12 por ciento.
Sin embargo, nada garantiza el éxito del foro. Al menos ese es el criterio de algunos analistas. Y es que, la experiencia de este año demostró que las posturas entre los diferentes sectores son poco flexibles.
Depende…
Juan Alberto Fuentes, promotor del Pacto en 1999 y director del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), cree que para alcanzar acuerdos será necesaria una base política.
Por ejemplo, dice que para garantizar cierto grado de éxito, el Congreso de la República y partidos políticos, deben ser los principales actores. Además, las autoridades no deben ponerse tiempo ?pues es un tema espinoso?, explica el profesional. En 1999, el fracaso de las negociaciones fue porque el Legislativo fue integrado hasta cuando las iniciativas de ley estaban preparadas.
Pero esa amplitud de representantes en el foro, también tiene sus riesgos, señala Hugo Maúl, de la comisión técnica vigente del pacto. A decir de Maúl, es fácil conseguir acuerdos generales, pero lo difícil será aprobar medidas fiscales.
?En dos platos: el Gobierno necesita apoyo político; la cuestión es cómo lograr resolver el impasse en el Congreso y aprobar una propuesta fiscal en blanco y negro?, señala el analista.
Para Berger, la ventaja de conseguir apoyo en el Pacto es que se libraría de críticas políticas.