Guatemala

Guatemalteca sobrevive a maremoto en Asia

Instructora de buceo relata terror vivido en Tailandia

María Gabriela Álvarez Aragón, una instructora de buceo guatemalteca que partió hacia Tailandia hace nueve meses, relató el pánico y sufrimiento que vivió el domingo pasado durante el maremoto que arrasó la paradisiaca isla de Koh Phi Phi, donde residía.

El espíritu aventurero, como ella lo describe, llevó a Álvarez Aragón, de 26 años, a abandonar Guatemala hace nueve meses.

Por ser instructora de buceo decidió viajar a Tailandia, siguiendo los consejos de un amigo finlandés que le pedía constantemente que fuera a visitarlo a la isla de Koh Phi Phi, que, según él, era un paraíso.

María Gabriela llegó a ese lugar a trabajar, pero ahora aguarda ansiosa la oportunidad de poder regresar a su país.

La tragedia

Acerca de la tragedia, ocurrida el domingo recién pasado, relató lo siguiente a este diario por la vía telefónica: ?Eran las 8 de la mañana, yo estaba dormida, cuando se fue la luz y empecé a oír un ruido que nunca había escuchado en mi vida, era como una avalancha, era terrorífico?.

?Segundos después, el lugar estaba cubierto por lodo, escombros, heridos y cadáveres, que cubrían el patio del conjunto de viviendas donde yo vivía, a un kilómetro de la playa, en uno de los puntos altos de la isla?, agregó.

?Sentí terror y pánico de ver a toda esa gente herida y cuerpos sin vida por doquier; en ese momento corrimos con unos compañeros hacia uno de los puntos más altos de la isla hacia donde huía la multitud, por el azote de las olas?, contó la joven, con la voz entrecortada por el llanto.

Sobrevivencia

Las tareas de rescate por parte de las autoridades se iniciaron casi de inmediato, pero no se daban abasto para trasladar a los cientos de heridos, por lo que la guatemalteca tuvo que permanecer en la colina hasta el día siguiente.

?Durante la noche bajamos; esquivando cadáveres fuimos a saquear algunos comercios porque teníamos hambre y debíamos buscar suministros para atender a los heridos?, recordó.

El 27 por la mañana, Álvarez y algunos compañeros tomaron una embarcación que los trasladó a la isla más segura de Phuket, donde consulados de varios países auxiliaban a sus ciudadanos.

?En ese instante me sentí desorientada porque nadie me atendía, lo único que quería era salir de Tailandia?, dijo.

Hasta el martes por la tarde, la guatemalteca aguardaba en un hotel de Phuket la respuesta de la compañía aérea que debía cambiar el boleto de regreso con fecha de marzo por un día más próximo, para poder regresar a Guatemala y reunirse con su familia.

El drama de Álvarez es similar al que viven miles de extranjeros que se encontraban de vacaciones o por otras razones en la zona del desastre.

A medida que se hace el recuento de daños, aumenta la cifra de extranjeros muertos en la descomunal tragedia.

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