Vida

Jugar y aprender

Los niños entre los 3 y 6 años necesitan explorar y poner en práctica sus habilidades y creatividad

Quién no desea subirse a un resbaladero, correr por el campo, hacer figuras en plasticina o disfrutar las rondas con los amigos.

Todo niño o niña está presto para efectuar estas actividades lúdicas, y en especial los de 3 a 6 años, porque en esta etapa la exploración y conocimiento del medio es fundamental.

Los chicos de estas edades encuentran en los juegos su principal fuerte de desarrollo y diversión.

Entonces, por qué no aprovecharlos y hacer que cada una de ellos tenga un objetivo.

Unos pueden ayudarle a ejercitar la motricidad fina y gruesa, otros estimular la memoria o adquirir vocabulario.

Todos dejan beneficios que serán de gran utilidad para el pequeño y lo prepararán para el período escolar.

La psicóloga educativa Virna Patricia Zamora, de la clínica Procesos, explica que en la edad preescolar se puede agrupar a los niños en diversos juegos y efectuar actividades que los integren y enriquezcan sus conocimientos, ya que adquieren un vocabulario más vasto, a pronunciar mejor las palabras, e incluso aprenden otras formas de nombrar los mismos objetos.

Es probable que no sean capaces de seguir normas o aplicar todas las reglas, pero sí podrán interactuar, lo cual les ayudará a desarrollar sus habilidades verbales.

Psicomotricidad

La psicóloga Suzzette Del Valle, del Instituto de Psicología Aplicada, recomienda los juegos de mesa (luisa, basta, lotería, dominó o laberinto), ya que les ayuda a desarrollar su inteligencia.

A los menores de 4 años se les puede poner a coser sin aguja, y a los de 6, con capotera; en dibujo es aconsejable que utilicen pinturas -no sólo crayones- en papeles amplios, como cartulinas. También los beneficia armar figuras con plasticina, pues favorece su motricidad fina.

Son de gran ayuda los juegos de trocitos, cubos y lego; estimulan el conocimiento y aumenta la lógica matemática; además, adquieren una mejor noción del espacio.

Motricidad gruesa

Zamora puntualiza que los juegos al aire libre son ideales porque les permite caminar en forma rápida o lenta y estimular todas sus habilidades motoras.

Al estar en un período de crecimiento necesitan que su cuerpo esté en movimiento.

Si el niño está saludable deseará brincar, saltar y escalar, porque sus extremidades lo requieren, y su conocimiento del medio también lo motivará a conocer por qué es capaz de efectuar con su cuerpo muchas actividades.

Pero si se aísla, no desea jugar con los demás o le cuesta interactuar con otros pequeños, el adulto debe prestar atención y buscar la orientación profesional.

Es bueno que disfrute los juegos de los parques con resbaladeros, puentes, columpios, sube y baja, que él pueda manipular.

Del Valle sugiere la marcha, caminar en un pie o sobre una línea; establecer juegos espontáneos mediante los cuales ellos puedan seguir instrucciones como observar a la derecha, izquierda, tocarse la cabeza, los brazos o cualquier parte del cuerpo.

En éstas combine con música para también estimular el sentido del oído.

No los deje solos

Los padres cuando le compran a su hijo un libro o juguete deben tener presente que el objetivo no es deshacerse de ellos, sino usar ese vínculo para involucrarse en la diversión.

Si regala un rompecabezas, deberá de igual manera enseñarle a trabajar ciertas estrategias para que aprenda a organizarse: ?¿Cómo quieres empezar a armarlo ? ¿Por color, forma…?? El pequeño necesita ayuda externa y emitir su opinión; de lo contrario se aburrirá pronto y no se aprovechará la finalidad del obsequio.

Si los chicos ven televisión es importante que haya por lo menos un adultos junto a ellos porque habrá escenas o situaciones que ameritarán una explicación.

En la actualidad existen diversos programas matutinos educativos aptos para los menores, y algunos personajes envían mensajes positivos a los niños, ofrecen consejos sobre los hábitos higiénicos, valores, conocimiento del medio y nutren el amor por la naturaleza y la importancia de compartir. No dude en sacarle provecho.

A los Teletubbies, por ejemplo, se les critica mucho porque no pronuncian bien, pero el objetivo de ellos es repetir una historia, y esto ayuda porque al pequeño se le puede preguntar: ?¿Y ahora qué va a pasar, qué animalito van a hacer?? Con ello se trabaja la memoria a corto plazo, y el pensamiento diferencial y crítico.

?Hay series que pueden volverse interesantes y educativas si el adulto está a la par de su hijo?, resalta Del Valle.

Lectura y escritura

Estas áreas también tienen que ser estimuladas en la edad preescolar. Los libros de cuentos sólo con ilustraciones permiten descubrir la imaginación de los chiquillos, ya que se les pide que observen los dibujos y armen sus propias historias.

Incluso, que el mismo adulto cree la trama y luego le haga preguntas sobre el tema.

Después se le puede incluir libros con texto, y si son muy largos, resumirlos y explicar las palabras difíciles. Aquí puede inventar otro final, y hacerlo partícipe de lo qué puede pasar después.

Si desea comunicarse con los profesionales entrevistados, llame a los siguientes números: psicóloga educativa Virna Zamora 695-6546; psicóloga Suzzette del Valle 369-2655.

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