También se sugiere incrementar el consumo de legumbres como garbanzos, judías y lentejas y limitar el consumo de carnes rojas —res, cerdo y cordero—. Aunque no hay evidencias sólidas al respecto de su vinculación con el cáncer de mama, el AICR aconseja limitar su consumo debido a que tienden a tener una alta densidad calórica y porque incrementan el riesgo de cáncer de colon —es el segundo más frecuente en mujeres, después del de mama—.
Las comidas rápidas deben ser ocasionales. Varios estudios señalan que comer más de una vez por semana de este tipo de comida incrementa el riesgo de obesidad, patología implicada con el cáncer de mama.
Hay que evitar las carnes procesadas —embutidos, salchichas y charcutería en general—, que también aumentan el riesgo de padecer cáncer de colon, así como las bebidas azucaradas porque se asocian con 180 mil defunciones por enfermedades crónicas en adultos cada año; seis mil de las cuales son por cáncer.
Fuente:eroskyconsumer