Eber Bonilla, uno de los empleados afectados, indicó que la desesperación aumenta a diario, ya que muchos, además de cubrir las necesidades familiares, tienen que cancelar créditos bancarios, y como no han podido pagar, los amenazan con que les abrirán procesos judiciales.
El martes último, los empleados rodearon al alcalde Élmer Guerra, para preguntarle sobre la situación. “Ya les dije que dejen de estar fastidiando con lo de los sueldos, no hay dinero”, expresó.
Agregó que hay problemas financieros en la comuna y que todo se originó desde que la anterior administración perdió las elecciones y contrató a más de 300 empleados con sueldos de Q800, por lo que fue necesario nivelarlos al salario mínimo, lo cual ahora genera la crisis.