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Cinco guatemaltecas que luchan por construir un mejor país

A diario, miles de guatemaltecas luchan por sus metas e ideales. En el Día Internacional de la Mujer, Prensa Libre homenajea a cinco de ellas por su aporte para lograr un mejor país.

Angelina Aspuac, Herlinda Xol, Claudia Carranza, Mercedes Coroy y Dulce Barrera son guatemaltecas que inspiran.

Angelina Aspuac, Herlinda Xol, Claudia Carranza, Mercedes Coroy y Dulce Barrera son guatemaltecas que inspiran.

A diario en los hogares, las calles, las escuelas, las empresas, las universidades y otros espacios de la vida nacional hay tantas labores rutinarias pero vitales que se convierten en extraordinarias gracias a la trascendencia que representan de cara al futuro y a que son desempeñadas por mujeres.

Desde la madre que madruga para preparar a sus hijos para ir al colegio hasta la abuela que se hace cargo de los nietos debido a la migración de uno o ambos padres.

La maestra que prepara con ahínco sus lecciones del día y se ocupa en dar a cada niño o niña la atención necesaria en el aula; la alumna universitaria que adquiere cada día un nuevo conocimiento de cara a un futuro desafiante; la profesional que enfrenta las contrariedades propias de su campo con paciencia, dedicación y excelencia como un servicio a su nación, todas ellas construyen una mejor Guatemala.

La artista que se afana por lograr la excelencia en su campo de expresión, la académica que no cesa de investigar y a la vez ofrecer a la sociedad lo mejor de su riqueza intelectual, la campesina que a diario se enfrenta a las duras condiciones climáticas e incluso al panorama de desnutrición: todas ellas alimentan el deseo de un futuro mejor.

Presentamos estos cinco perfiles con toda la convicción de que a lo largo y ancho de Guatemala avanzan, con paso heroico, las guatemaltecas de bien, que se afanan por mejorar las condiciones de vida de sus familias con el anhelo siempre renovado de una nación que supere los lastres y las desigualdades históricas.

María Mercedes Coroy – Camino al éxito, entre espinas

María Mercedes Coroy, la guatemalteca que nació en Santa María de Jesús, Sacatepéquez, es parte de la etnia kaqchikel, y con su talento está impactando en el cine.

Entre sus reflexiones comenta que la mujer representa un papel importante en la sociedad, aunque reconoce que es a la que menos se le brindan oportunidades.
“Al abrirse más los espacios, podríamos desempeñar cualquier actividad y hacer un cambio verdadero en la sociedad”, explica.

Cuando habla de las mayores dificultades que ha enfrentado en su desarrollo como mujer y en su profesión como actriz, no puede dejar de mencionar la falta de apoyo y el racismo en el que se ha visto envuelta. “Muchas veces el racismo viene de nosotros mismos, porque cuando vemos que alguien sobresale, en lugar de ayudarlo lo tratamos de atar y jalarlo para que ya no siga”, expresa.

“A pesar de los obstáculos, nunca dejemos de creer en nuestra capacidad. Somos mujeres que podemos demostrarlo ante la sociedad”.

También deja un mensaje para no detenerse aunque vengan las dificultades. “A pesar de los obstáculos que se presenten, nunca dejemos de creer en nuestra capacidad y hacer realidad nuestros sueños. Somos mujeres que podemos demostrarlo ante la sociedad”.

Y María Mercedes lo ha demostrado. Sus sueños comenzaron en la niñez, en los que imaginaba estar algún día en las películas que veía en la televisión. Como actriz principal en  Ixcanul comenzó su encuentro con la pantalla en el papel de María.

Después de esa experiencia y en menos de cuatro años, ha actuado junto a Julianne Moore y Ken Watanabe, en la película Bel Canto, y siguió su caminar en Malinche, una serie producida y transmitida en México.

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Claudia Carranza – Amor por la investigación

En la investigación genética, Claudia Lorena Carranza Meléndez se ha posicionado como pionera.

Esta guatemalteca es la impulsora del tamizaje neonatal, procedimiento médico que espera se convierta en obligatorio.

El tamizaje permite detectar desórdenes metabólicos serios que pueden ser tratables.

Para Claudia Lorena, quien se formó en el extranjero pero regresó a Guatemala para emprender proyectos de investigación, el camino no ha sido fácil.

“Hay espacio para la mujer en la investigación, pero en el país las oportunidades son pocas, por eso hay fuga de cerebros”.

En la actualidad es la única mujer con un doctorado en Genética en el país, además de ser directora del primer Instituto de Investigación Genética Humana en Guatemala.

Se formó como Química Bióloga en la Universidad de San Carlos de Guatemala y, atraída por la información genética contenida en el ADN y el estudio de enfermedades en humanos, se aferró a la oportunidad de conseguir una beca para estudiar en la Universidad de Navarra, España, donde cursó un doctorado en Biología Molecular y Celular con especialidad en Genética.

Recuerda que al llegar a España no tenía el mismo nivel de conocimiento que sus compañeros en Genética.

Hace 10 años llegó al Instituto de Investigación una oenegé de la Fundación Rosas Botrán, creada para dar asistencia y servicio en educación, prevención, diagnóstico y orientación al tratamiento de enfermedades genéticas.

En 2015 Claudia Lorena recibió el Premio al Científico Joven por parte de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de Guatemala, el Consejo Nacional de Ciencias y Tecnología y la Secretaría Nacional de Ciencias y Tecnología.

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Herlinda Xol – El atletismo fue su escuela de vida

Herlinda Xol es una exatleta de fondo, quien por más de 16 años representó a Guatemala a escala internacional. Es originaria de la aldea San Marcos, San Juan Chamelco, donde ahora comparte su conocimiento con un grupo de más de 30 deportistas.

El camino de la exatleta, además de estar marcado por el trabajo y sacrificio, en ocasiones se manchó por la discriminación por ser mujer indígena. “Estoy orgullosa y feliz de haber representado a

Guatemala y haber superado los momentos difíciles”, aseguró.

“Las niñas queqchíes necesitan más apoyo y oportunidades para que puedan destacar”.

Xol considera que el trabajo de la mujer siempre debe ser reconocido por el papel que desempeñan en cualquier ámbito de la vida. “Este día es de recordar los momentos difíciles de la mujer y buscar soluciones para superar obstáculos”.

Al compartir las dificultades que afrontó en su carrera, Xol indicó que la desigualdad y desinterés de algunas autoridades por ser indígena fueron las principales.

Recordó una anécdota en 1997 cuando ganó su clasificación a una competencia a Puerto Rico y las autoridades de ese entonces del Comité Olímpico Guatemalteco (COG) mandaron a un familiar de un dirigente. “Gracias al apoyo de personas desinteresadas pude viajar esa vez y logré un tercer lugar”.

Después del retiro del atletismo, Herlinda decidió compartir su conocimiento en el deporte y fundó el grupo Piecitos de Jade, el cual está conformado por niños, jóvenes y adultos.

“Le puse ese nombre para que las personas no olviden a la atleta que corría con los pies descalzos. Y así me decían algunos periodistas, por lo que me quedé con ese nombre”, manifestó.

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Angelina Aspuac – El secreto está en la perseverancia

Angelina Aspuac Con, de 42 años, es integrante del Movimiento Nacional de Tejedoras y de la Asociación Femenina para el Desarrollo de Sacatepéquez (Afedes), desde donde lucha por el respeto de los derechos de las mujeres indígenas, un sector que, a su criterio, es víctima de discriminación y pobreza.

Para Aspuac, la perseverancia y los sueños son fundamentales para lograr “grandes” objetivos, por lo que desde 1998, cuando se integró a Afedes, ha implementado junto a otras mujeres varios proyectos de inclusión social, con el objetivo de empoderar a quienes sufren cualquier forma de maltrato.

“Todas podemos. Hay que denunciar las atrocidades y construir un camino que nos haga llegar de forma colectiva”.

Además, en el 2014 presentó, junto a otro grupo de mujeres de Sacatepéquez, de donde es originaria, una iniciativa de ley en el Congreso para proteger los tejidos de Guatemala, pues asegura que las artesanas son las que menos ganancias obtienen de su trabajo ancestral, del cual también es parte.

Recuerda que esa ley pretendía que las tejedoras tuvieran un pago digno por su trabajo, pero por razones que no se explica esta no avanzó pese a que tuvo dictamen favorable.

“La clave para hacer realidad los sueños es la perseverancia, la indignación, pero también la acción. No debemos quedarnos ahí, sino llevar a cabo el deseo por cambiar las cosas, porque lo último que se pierde es la esperanza”.

“Me indigna la discriminación hacia las mujeres, especialmente indígenas. En los años que llevo con el grupo he evidenciado que quienes más padecen la pobreza son las indígenas. Las cosas que he hecho no son por mí misma, sino por nosotras y por nuestras familias”, comentó.

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Dulce Barrera – Pasión por el mejor café del mundo

Dulce Barrera pasa 12 horas al día oliendo, procesando y, desde luego, tomando café. Ese es uno de sus grandes amores, junto a su esposo y su hija.

Con 17 años de trabajar en la finca Bella Vista, en Antigua Guatemala, Dulce se fue involucrando cada vez más en el mundo de sabores y aromas del café guatemalteco, hasta convertirse en catadora. Hoy, lleva tres años consecutivos de ser campeona nacional de catación y de representar al país en la competencia mundial de esa disciplina.

Aunque en el 2016 no pasó a las finales en el campeonato nacional, un año después se trajo el título y representó a Guatemala en Budapest, Hungría. En el 2018, revalidó el título y fue a Brasil, y este año, en Berlín, Alemania, quiere lograr, por primera vez en su carrera, el título mundial de catación.

“En el mundo del café aún somos muy pocas. Hay que motivar desde las empresas a que más mujeres participen”.

“Mi meta es ganar el mundial y poner en alto mi país, Guatemala”, dice con orgullo, y está convencida de que el guatemalteco es el mejor café del mundo.

Motivación

Barrera expresa: Históricamente, el mundo del café ha sido de hombres, pero este año “fue muy emocionante ver que cinco mujeres estuvieran entre los 28 participantes de la copa nacional, y de estas, dos llegamos a la final”.

Su visión es que “debe haber más participación de la mujer —y eso empieza con— motivación por parte de las empresas. “Que haya menos machismo; hay que tomarlas en cuenta”, reclama.

“El mejor catador es el que aprende a probar cafés, sentir los sabores y —valorar— las diferencias entre un café y otro”, puntualiza.

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ESCRITO POR:

Redacción Prensa Libre

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