Lo ocurrido en los últimos días a dos personajes directamente vinculados a la Presidencia de la República y al oficialista partido Unidad Nacional de la Esperanza llaman la atención, porque pueden ser consideradas acciones de alguna manera consensuadas en los más altos niveles del gobierno actual.

El primer hecho es que Carlos Quintanilla Vargas, ex secretario de Asuntos Administrativos y de Seguridad, luego de haber permanecido prófugo desde septiembre, se presentó de forma voluntaria, el 22 de diciembre, al juzgado que había girado orden de captura contra él luego del escándalo de espionaje contra el presidente Álvaro Colom, quien supuestamente era vigilado no solo en su oficina, sino en su residencia. Casi inmediatamente le fue otorgada una medida sustitutiva que le da la libertad y el arresto domiciliario sin vigilancia.

El otro caso es el del diputado Manuel Baldizón, figura importante dentro de la UNE y quien dejó de integrar ese partido porque renunció, según dice él, o porque fue expulsado a causa de haber violado los estatutos internos, de acuerdo con el informe oficial. Luego de haber sido uno de los colaboradores cercanos del gobernante Colom, ahora, tanto éste como otros integrantes importantes del partido han hecho una serie de señalamientos en su contra, aunque desde hace semanas se ha informado de las desavenencias suyas con la esposa del presidente, supuestamente por la próxima lucha interna para lograr la candidatura oficialista que participará en las siguientes elecciones.

Los dos casos tienen aspectos similares, relacionados con problemas internos dentro del partido oficial. Quintanilla era percibido como uno de los hombres más influyentes en el equipo de gobierno, y pronto se conoció que su relación con la esposa del gobernante estaba sufriendo un detrimento total. Su caída fue estrepitosa, súbita, y el escándalo originado despertó en muchas personas la creencia de que algo no encajaba en un caso de espionaje a tan alto nivel. Luego, cuando se convirtió en prófugo y pasaron las semanas, tomó fuerza la versión de que, de alguna manera, estaba en proceso de negociaciones.

Por ello, las acciones de Quintanilla hacen pensar que ese acuerdo político interno ya tuvo lugar, y eso le permitió actuar como lo hizo. El caso se parece al del ex presidente Alfonso Portillo, cuyo reaparecimiento público fue un show perfectamente bien montado. Por esa causa, hechos como estos contribuyen a disminuir la popularidad gubernativa y presidencial, como quedó comprobado con un detalle aparentemente poco importante: la escasa asistencia de personas a recibir un tamal de obsequio navideño al parque central.

Acuerdos políticos para beneficiar a gente investigada legalmente y expulsiones a los disidentes internos de la UNE, al ocurrir a pocas horas de terminar el primer año de administración del ingeniero Colom, terminan de opacar la imagen gubernativa y, en muchos casos, abren la duda a la posibilidad de que en el 2009 continúe la decepción generalizada que también sufre este gobierno.

Frases del día

“Espero que sea un aumento (salario mínimo) de acuerdo con las necesidades de los más pobres. Las familias que no cuentan con los medios para salir adelante están amenazadas. La pobreza es un valladar que deben superar para cumplir con su misión”.

Rodolfo quezada toruño,Cardenal
al opinar sobre el aumento del salario mínimo.