De este profesional es también el proyecto de la ampliación de la urbe hacia el sur, el cual impulsó a mediados del siglo XX la modernización de la capital, todo esto en un período de unos 15 años, anota su hijo Eduardo Aguilar Arrivillaga en el documento inédito Raúl Aguilar Batres, su ciudad y su tiempo, su familia y sus amigos, su pensamiento y su obra (2010).
En aquellos años, hacia 1950, la población se estimaba en casi 300 mil habitantes, según el censo del Instituto Nacional de Estadística, de ese año.
Inicios
Urbanista, ingeniero y científico, José Manuel Raúl Aguilar Batres fue hijo único del matrimonio del coronel e ingeniero Rodolfo Aguilar Batres y Ernestina Aguilar Valenzuela. Siempre, relata su hijo, fue un estudiante distinguido, primero en el colegio La Preparatoria y luego en el Instituto Modelo.
En 1939 se graduó de la Universidad de San Carlos con el título de ingeniero civil. Fue el colegiado No. 87, de acuerdo con el Colegio de Ingenieros.
Su primer trabajo consistió en el replanteamiento de los límites fronterizos del norte de Guatemala y México, los cuales fueron establecidos en 1892 durante el período del presidente Justo Rufino Barrios, anota Aguilar Arrivillaga. “Fueron duros meses de vida en la selva petenera”, escribió en una carta Aguilar Batres.
El segundo trabajo fue el trazo de la carretera al lago de Izabal desde los Amates, frontera con Honduras. En los últimos dos años de la presidencia de Jorge Ubico ocupó el puesto de Jefe de Cartografía de la Dirección General de Caminos.
Primeras ampliaciones
Durante el período de Mario Méndez Montenegro, el primer alcalde municipal que llegó a este cargo por elecciones populares (1945-1948), Aguilar Batres fue regidor municipal, junto con el jurista y diplomático Federico Rolz Bennett.
Este último escribió una remembranza de su compañero, en la cual resalta el rol determinante que tuvo para concentrar sus esfuerzos en la ampliación de la ciudad hacia el sur. Uno de sus proyectos era que el Gobierno cediera a la municipalidad el Fuerte del Castillo de San José y la parte alta del cerro para un parque. “El visionario Raúl, uno de los hombres más inteligentes, más preparados, humildes y honestos de Guatemala…”, refiere Rolz Bennett en dicho homenaje.
A esta época corresponde también la ampliación de la 18 calle, de la 4ta. a la 10a. avenida, lo cual requirió la demolición de la antigua iglesia El Calvario, que entonces remataba la Sexta Avenida. Era “la arteria comercial más importante de aquel entonces”, comenta Aguilar Arrivillaga.
Urbanista
Los años 50 fueron definitivos en la carrera de Aguilar Batres. En 1949 asumió la alcaldía su amigo, el ingeniero Martín Prado Vélez. En tanto Aguilar Batres fue el jefe de urbanismo, periodo en el que desarrolló la nomenclatura de la ciudad y proyectó las vías para el futuro Centro Cívico, la prolongación definitiva de la 6ta. avenida sur, y el enlace de la avenida Bolívar con las denominadas “cinco calles”: la cuchilla con la 3a. avenida zona 4, 3a. avenida zona 1 y 20 calle, también conocido como El Botellón.
En la memoria de gestión municipal de Prado Vélez (1952), se señala el estudio para una nueva nomenclatura de los barrios urbanos y las vías públicas.
“En forma totalmente original, adoptó un sistema cartesiano, utilizando las calles y avenidas como coordenadas de referencia. La división de la ciudad en zonas fue un corolario del sistema numérico… la resultante fue una espiral como eje directriz cuya línea puede crecer en forma expansiva e indefinida”, anota Aguilar Arrivillaga.
A estos proyectos se suman el trazo de la Avenida Las Américas, de lo cual se sabe se negó a la presión de los desarrolladores por hacerla más estrecha. Y como consecuencia, el plan maestro de urbanismo de la ciudad de Guatemala, el cual incluyó el anteproyecto del Anillo Periférico y su ramificaciones. (1956-1958), el cual se ejecutó casi dos décadas después.
El último homenaje
Aguilar Batres falleció el 13 de mayo de 1964 minutos antes de que una comisión presidida por el alcalde de la ciudad, Francisco Montenegro Sierra, acompañada por una comisión de regidores, se presentara a rendirle un homenaje y entregarle un acuerdo por medio del cual se reconocían sus contribuciones al desarrollo urbano de la ciudad y el país. Se le honraba bautizando la calzada de salida hacia el sur, con su nombre.