Revista D

¡La aventura está en Guatemala!

Así es este país, sin ingredientes artificiales, donde se pueden practicar deportes extremos  y descubrir su vasta biodiversidad.

La oferta de deportes extremos ha aumentado en los últimos años en Guatemala. (Foto Prensa Libre cortesía de Extremo a Extremo)<br _mce_bogus="1"/>

La oferta de deportes extremos ha aumentado en los últimos años en Guatemala. (Foto Prensa Libre cortesía de Extremo a Extremo)

Además de la belleza artística de sus iglesias coloniales,  sus coloridos pueblos, sus recursos naturales y su excepcional paisaje, Guatemala ofrece a los apasionados por la adrenalina la oportunidad de practicar actividades de aventura o  deportes extremos. Desde los más tradicionales —si es que se les puede llamar así— hasta los más modernos. Montañismo, rapel, espeleología, rafting,  hidrospeed o vuelos en microligero. Hay variedad para todos los gustos y, claro está, para todos los bolsillos.

Desde hace una década, aproximadamente, las actividades de este tipo se han posicionado mejor en el mercado nacional, de tal manera que la oferta ha crecido y de esa cuenta es difícil que los fieles creyentes de las dosis fuertes de emociones no encuentren lo que buscan.

Aunque hay varias empresas que se dedican a complacer a estos hambrientos de la adrenalina, en Guatemala no se cuenta con organizaciones que certifiquen el trabajo de los clubes, por lo que la recomendación es siempre dejarse guiar por los profesionales, los que ofrezcan seguridad y planes de contingencia, refieren Édgar Rivera, de K’ashem, y Pablo Cabrera, de Extremo a Extremo, dos de los negocios más antiguos que operan en el país.

Canopy, bungee, parapente, puenting, escalada en roca, ascensos en árboles, descensos en cenotes, tour de 4×4, paracaidismo, todos estos y muchos más deportes extremos son experimentados por hombres, mujeres e incluso niños  en este lugar de la eterna primavera.

El peligro y las dificultades son el común denominador de estas actividades, y el  afán por explorar, retarse  y llenarse de adrenalina, el de quienes las practican.

 Microligero

“Planear  en aviones de vuelo lento se está convirtiendo en una actividad muy popular en el país”, afirma Cabrera. Estas aeronaves de dos plazas permiten a sus usuarios experimentar la libertad absoluta,  “y las vistas son realmente espectaculares”.
“No te puedes perder la oportunidad de ver los amaneceres en nuestras costas del Pacífico, a bordo de este juguete para grandes”, asegura Cabrera.

Expertos

Pablo Cabrera y Sebastián Egurrola, ambos expertos escaladores, pasaron una noche literalmente suspendidos en el aire. Extreme Camping o Camping extremo es el nombre de este deporte que aunque no está disponible para el público en general, sí hay espacio para aquellos con una larga trayectoria en este tipo de actividades. “Más que una locura se trata de  una conexión contigo mismo en la que pones a prueba tu concentración”, dice Cabrera.

Rapel

Este deporte, que consiste en descensos con un sistema de cuerdas en superficies naturales, es muy popular entre los jóvenes —le llaman canyoning cuando se practica en cascadas—.”El equipo que se necesita  es mínimo, pero se debe  tener experiencia en los sistemas de anclaje, cabuyería —habilidad de hacer diversos nudos—, y fuerza tanto física como mental”, comenta Cabrera. “Es utilizado en excursionismo, montañismo, escalada en roca, espeleología y otras actividades que requieren ejecutar descensos verticales”, añade Rivera.

Espeleología

Armados con botas, cascos y linternas, los apasionados por esta disciplina se lanzan a investigar las profundidades subterráneas. El mayor estímulo para los espeleólogos es su ánimo de exploración.“Mi principal motivación para entrar en una cueva es sentir que voy a descubrir cosas que pocas personas han visto. Adentrarse en estos lugares es sentir la aventura, derrochar adrenalina, descubrir un mundo nuevo”, comparte Cabrera. Pese a lo que pueda parecer, todavía existen bastantes cuevas inexploradas. Estalactitas, estalagmitas, lagos y corrientes de agua forman parte de este universo subterráneo.

Hidrospeed

Max Baldetti es uno de los pocos instructores guatemaltecos de este deporte en el país.   Consiste en descender ríos  con la ayuda de un hidrotrineo. Se requiere de ropa especial —traje de neopreno— y gozar  de una mediana condición física. Aunque en auge en el mundo, en estas tierras sus adeptos son muy pocos; se pueden contar con los dedos de una mano, pero las puertas están abiertas para quienes deseen experimentar la adrenalina al cien por cien, pues en esta disciplina el deportista solo cuenta con su pericia, su fuerza y una buena ración  de calma y mucha sangre fría.

Montañismo

Ascender las altas montañas es   simplemente un deporte, o por lo menos es el concepto que tienen los que nunca se han retado al subir una, comenta Rivera. “Pero para quienes han aceptado el reto, se trata de una dosis de libertad”, refiere Cabrera. Hay tres categorías de esta disciplina. Bajo: con alturas menores a los tres mil  metros sobre el nivel del mar. Medio,  de tres mil  a cinco mil metros sobre el nivel del mar; y alto, con alturas mayores a los cinco mil metros sobre el nivel del mar.  “Esta última no se practica en  Guatemala porque  el volcán Tajumulco, el más alto del territorio, mide cuatro mil 220 metros sobre el nivel del mar”, explica Rivera.

Rafting

Recorrer el cauce de ríos en la dirección de la corriente (río abajo) acelera a cualquiera”, dice Rivera. Para los también llamados rápidos se emplean  balsas, canoas o kayak, embarcaciones que puede ser rígidas o inflables. “Guatemala cuenta con ríos caudalosos y hermosos como el Cahabón, en Alta Verapaz. Es uno de los más populares por sus rápidos que van desde categoría tres hasta cinco. Otros lugares para el  rafting son el Nahualate, Los Esclavos y Coyolate”, menciona Cabrera.

ESCRITO POR: