QUETZALTENANGO.- En el Juzgado Segundo de Instancia Penal de Quetzaltenango se recibió la declaración de tres agentes de la División Especializada en Investigación Criminal (Deic), a quienes se les sindica del asesinato del comerciante Henry Rivas Hernández en Huehuetenango.
Se trata de los investigadores Juan Humberto Caal Cú, Herber Wilvi Jiménez López y Manuel de Jesús Hernández Pech, principales sospechosos de dar muerte al comerciante el 20 de septiembre último en la casa de la víctima, en la aldea Chimica del citado departamento.
Los tres detenidos coincidieron que ese día habían comenzado el turno desde la mañana y que fueron invitados junto a su jefe, el subinspector Rony Alfredo Vásquez Sosa, a un almuerzo en el taller Palacios, ubicado en la cabecera municipal.
Ya en la reunión les ofrecieron cervezas las cuales, según su declaración, no las aceptaron hasta que su jefe les indicó que tenían permiso para beber.
Caal Cú, durante su testimonio explicó que luego de estar en el taller su jefe los llevó a continuar bebiendo en una tienda en la zona 4, estando allí recibió una llamada y les dijo que lo tenían que acompañar a la casa de un amigo.
“Nos fuimos para una casa, cuando entramos el jefe saludó a Henry Rivas, era obvio que eran amigos, allí estaban seis hombres más y continuamos ingiriendo bebidas alcohólicas. Después de un tiempo de estar allí todo se salió de control,” indicó Caal Cú.
Jiménez López, otro de los procesados, explicó durante su declaración que él recibió de su esposa una llamada telefónica cuando estaba en la casa de Rivas, ante lo cual optó por separarse del grupo, pero cuando regresó Rivas lo acusó de que él los delataba.
“Rivas me pidió mi celular pero me negué a entregarlo, luego mi jefe me lo pidió y como no quería darlo me golpeó en la cara, también me exigía mi arma. En ese momento empezó el problema los anfitriones nos querían quitar el equipo y empezó la pelea. Se escucharon unos disparos y nos dejaron salir,” indicó Jiménez.
Hernández Pech durante su testimonio explicó que lograron sacar el vehículo oficial de la casa, pero se percataron que habían dos heridos que sangraban, uno de ellos era Rivas y el otro era Rolando Rivas Rivas, ante lo cual deciden llevárselos a un hospital.
“Cuando nos fuimos nos persiguieron dos carros y sus tripulantes nos disparaban, tomamos la decisión de ir a la sede para resguardarnos y pedir ayuda. Antes de salir de la casa nos dimos cuenta que nuestro jefe, el subinspector Vásquez Sosa, había desaparecido del lugar,” resaltó.
En el momento de llegar a la sede los tres fueron detenidos por compañeros de la división y de la Policía Nacional Civil.
Sin resolver
Los tres detenidos son sindicados por el Ministerio Público (MP) de los delitos de ejecución extrajudicial, ejecución extrajudicial en grado de tentativa y robo agravado, este último porque la acusación resalta que los investigadores robaron joyas de oro a la vícitima.
De acuerdo con Mario Antonio Cueto, fiscal del MP, los implicados propinaron una golpiza que le causó la muerte a Rivas y lastimaron a Rivas Rivas, quien tuvo que ser hospitalizado.
La audiencia de primera declaración duró alrededor de cuatro horas, Félix Sontay, juez que escuchó las declaraciones, no tomó ninguna decisión al respecto, debido a que solo diligenció la audiencia pero no puede resolver porque solo hizo un exhorto.
“Será el encargado del juzgado pluripersonal de Primera Instancia de Huehuetenango quien resuelva si los liga a proceso o no,” refirió el juez.
Mientras tanto los tres detectives guardan prisión mientras resuelven si situación legal.
Los abogados defensores de los imputados subrayaron una deficiente investigación del MP, sobre todo porque como testigo figura el mismo jefe que llevó a los investigadores a la casa del fallecido, quien según los abogados se encuentra prófugo de la justicia.
Los defensores solicitaron que se les de falta de mérito o si se les llegara a procesar que sea por homicidio preterintencional y lesiones leves.