Karla Chacón, de Asociación Entiende Mi Silencio (Aems), comenta que la mayoría de maltratos físicos en los animales se da en la capital, pues “la gente está acostumbrada a la violencia”. Refiere que un 90 por ciento de los perros viven en las calles y están expuestos a todo tipo de maldad.
Las organizaciones que están en contra del maltrato animal y la voluntad de personas con gran corazón han permitido que cientos de perros, gatos, aves y reptiles que viven en condiciones inaceptables tengan un hogar.
“Nosotros rescatamos perros y gatos que realmente necesiten una segunda oportunidad de vida”, refiere Chacón. Aems les busca un amo a través de su página de Facebook para que puedan dignificar su vida.
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NUEVA VIDA PARA AMOS Y MASCOTAS
Mandibulín es un gato que fue encontrado dentro de una caja en Caminaljuyú, zona 7. “Estaba sangrando por todos lados. Al parecer lo golpearon con un bate de béisbol, pues el impacto fue tan fuerte que le quebró la mandíbula”, cuenta Chactón.
Mandibulín tiene dos años, fue rescatado en marzo y ya tiene un hogar.
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Rosa Valiente comenta que su familia ha rescatado a varios animales. Uno de los casos más importantes para ella es el de su gato Invasor. “Sufrió mucho hace cuatro años cerca de la sede de autobuses Litegua, en la zona 1, donde se vivía. Allí lo atropelló un carro y desde entonces no puede mover su cola. Los taxistas del lugar acostumbraban a patearlo como si fuera una pelota. Ahora es un gato consentido, que le gusta andar abrigado y es dócil hasta con el veterinario”, cuenta.
Invasor fue encontrado en la zona 1 de la capital. Había sido atropellado.
Valiente cuenta que también tiene una tortuga macho. “Se llama Gary, a quien mi tío encontró en un techo envuelta en unas servilletas y rodeada de basura. Al parecer la habían tirado y lo más cruel es que siendo tortuga de agua estuvo expuesta a los calores excesivos sobre lámina caliente y sin comida. Ahora pasa la mayor parte del tiempo en agua y es bastante comelona”, agrega.
Gary fue encontrada en el techo de su casa.
EL CASO MÁXIMUS
En abril se viralizó el video de un trabajador de Claro que lanza al aire a un gato. El caso causó indignación y les costós su trabajo al agresor y a su cómplice, quien grabó la escena.
Los agresores fueron identificados como Nelson Osvaldo Obando Mendoza y Mario Obando Madero, quienes trabajaban para una empresa a la cual Claro subcontrata.
Karla Chacón cuida de Máximus luego del incidente con los trabajadores de Claro.
Tras una minuciosa búsqueda en Chinautla, integrantes de la Aems localizaron al gato que fue bautizado como Máximus, por su coraje para sobrevivir a la agresión.
Chacón recuerda que Máximus perdió sus dientes, que eran de leche, y que sus ojos se hincharon y no podía cerrarlos.
“Como se convirtió en una celebridad, todo el mundo quería adoptar a Máximus. Algunos llamaban haciéndose pasar por sus dueños; sin embargo, exigían a su gato macho de vuelta, sin saber que era hembra”, agrega Chacón.
Finalmente Angélica Yumán se convirtió en el amo de Máximus. “En el Facebook publicamos una foto sin decir que era Máximus, en la cual pedíamos un hogar temporal para ella. Solo Yumán escribió. Se llegaron a entender tan bien que la terminó adoptando”, añade.
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Durante el tiempo en el que cobró popularidad el caso de Máximus surgió una página llamada Maximus no es el gato de claro. Se especula que el creador fue Mario Ochoca, un ciudadano que está en contra de la labor de Aems. “Subieron fotos a Facebook de un gato falso. Se parecía pero este era adulto y por su tamaño era imposible que pudiera cobrar tanto vuelo como Máximos, que era un bebe”, afirma.
CONCIENCIA
“Hay pocas personas que están conscientes. Muchos no acuden a ayudar. Además, sobran los veterinarios que no rescatan de la muerte a un animal si no hay dinero. Se les olvida el motivo real por el que se graduaron”, critica Chacón.
Chacón resalta que hay que respetar la vida, incluso la de los animales.
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