En su pequeño taller ubicado en su vivienda en el cantón Morazán, Nuevos San Carlos, se pueden observar las obras de arte que elabora.
“Cuando era pequeña me gustaban mucho las manualidades y desde que iba a la escuela fui aprendiendo, pero fue hace dos años que lo puse en práctica”, dijo Vicente.
Para la elaboración de las flores artificiales Vicente utiliza lana, hilo de diversos colores, pegamento y mucha creatividad.
“Para que la flor quede con mayor firmeza es necesario que el hilo sea de lana fina, luego se enrolla al alambre para que no se desarme fácilmente y dure”, explicó.
La artesana, quien no ha recibido ninguna capacitación para dicho trabajo, comentó que los floreros se pueden elaborar con cartulina o papel periódico, y se puede vender de forma individual.
Añadió que sus principales herramientas de trabajo son dos tijeras, tenaza y agujas.
Indicó que los arreglos florales cuestan entre Q10 y Q50 según el tamaño y la variedad de colores.
Añadió que su objetivo es que algún día sus productos sean vendidos en el extranjero.