Estados Unidos suspendió la ayuda militar a Guatemala durante el conflicto armado interno, porque advirtió que se estaban cometiendo graves violaciones a los derechos humanos por parte del Ejército y la argumentación actual, aunque es distinta, es difícil no relacionarla con aquel antecedente, porque lo que ha dicho la embajada de ese país en sus comunicados oficiales es que suspende la ayuda militar por el mal uso que las autoridades guatemaltecas han hecho de los vehículos J8.
¿Estas acciones de EE. UU. denotan algún enfriamiento de las relaciones entre ambos gobiernos?
Lo primero que se puede entender es que las autoridades estadounidenses han mostrado con suficientes señales públicas su preocupación sobre lo que está pasando en el sureste de México y los países de Centroamérica, como corredor de ilegalidad.
Segundo, existe una preocupación muy específica sobre la situación política guatemalteca por los indicios de inestabilidad política en cuanto al proceso electoral que se está desarrollando.
¿Se puede decir, entonces, que Guatemala es parte de una preocupación regional?
Si uno mira el panorama hemisférico en su conjunto se da cuenta de las señales visibles de preocupación del gobierno estadounidenses sobre los casos de Venezuela y de Nicaragua. Entonces, tenemos la inquietud de que pronto parte de la legislatura norteamericana de senadores y congresistas, así como de la administración del presidente Donald Trump, es decir las autoridades directamente vinculadas a la Casa Blanca, estuvieran viendo en Guatemala indicios peligrosos de inestabilidad política que afectarían a toda la región, no solo al gobierno Guatemala.
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Menciono este marco general porque es difícil no relacionar la decisión de suspender la ayuda militar al país con las preocupaciones políticas y de seguridad que Estados Unidos mantiene sobre nuestra región.
Dentro de este paquete, Estados Unidos también ha expresado su preocupación por las reformas a la Ley de Reconciliación Nacional que actualmente se discute en el Congreso de la República.
Precisamente, por eso mencionaba que el problema de los Jeep J8 es parte de un contexto muy amplio, dentro de un marco de preocupaciones de inestabilidad sobre temas en donde parte de la cooperación internacional de Estados Unidos se ha enfocado para su fortalecimiento, no solo en Guatemala, sino también en los países circundantes.
¿Cuáles serían esos preocupaciones?
Fortalecer la solidez de nuestras instituciones, la independencia de poderes y el esfuerzo de la lucha contra la corrupción y la impunidad.
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¿Qué opina de los pronunciamientos del Parlamento Europeo y la Unión Europea en cuando a su preocupación por el cierre de la Cicig y las modificaciones a la Ley de Reconciliación Nacional?
El asunto se deriva en que internacionalmente las decisiones internas que ha tomado la administración del presidente Jimmy Morales, las han leído como un retroceso o un debilitamiento de la lucha contra la corrupción en la institucionalidad pública.
¿Situaciones similares vivieron inicialmente Nicaragua y Venezuela?
Son condiciones distintas, no creo que sea sano hacer comparaciones simplistas entre las tres situaciones. Yo hacía énfasis sobre elementos de inestabilidad política, pero cada caso, tanto el de Nicaragua como Venezuela son diferentes, y sus causales distintas. En el caso nuestro lo que preocupa es la inestabilidad política no solo al Gobierno de Estados Unidos sino también a toda la vecindad.
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