SALCAJÁ – El historiador Fernando Urquizú relató que la quema del diablo surge durante la Colonia, con las luminarias de cera que vecinos colocaban en ventanas y encendían por la noche al paso de la imagen de la Inmaculada Concepción, para representar que su resplandor vencía la obscuridad —el diablo—.
Miguel Álvarez, otro historiador, expuso que la Virgen, al ser concebida sin mancha, carece del pecado original y deja sin razón de ser al demonio. El fuego purifica, y por ello la gente consideraba que el diablo debía ser quemado
Desde la Colonia, las familias barrían bien la casa para limpiarla y sacar al diablo, y luego se quemaba la basura en una fogata.
En la actualidad, la tradición ha variado en diferentes lugares del país. En Salcajá, vecinos se pintan el cuerpo con pintura de madera mezclada con aceite, y se hacen diseños relacionados con el diablo. Recorren calles de la zona 4, y si alguno de los visitantes o pobladores los reta, los diablos lo corren porque es la manera de sacar el mal del pueblo.
La Chapetona
En Ciudad Vieja, una de las imágenes de la Virgen de Concepción es conocida como la Chapetona.
El historiador Miguel Álvarez relató que la imagen de la Virgen de Concepción, conocida como la Chapetona, es llamada de esta manera porque fue traída de España durante la Colonia, y en esa época así se les llamaba a los recién llegados a América procedentes de la metrópoli, especialmente en México.
La feligresía de Ciudad Vieja, Sacatepéquez, conmemora a la Virgen de Concepción con un convite, en el que se incluye la danza de Los 24 Diablos, la cual fue declarada patrimonio cultural de la nación en el 2005.