En esta nota cultural se mencionan aspectos como quedarse a dormir en los alrededores de los templos para poder comprar un turno, la cantidad de basura que dejaban las personas, el coraje de quienes llegaban temprano y no conseguían un turno, y la desfachatez natural de los que se colaban en las filas.
Señor Zanahoria fue presentado en esa fecha por Olivares como un devoto cargador con túnica, pero con los clásicos tenis y pantalón de lona.