Benítez indicó que las partes adoptaron este histórico acuerdo “en el marco del desescalamiento para avanzar en la construcción de confianza y con el fin de contribuir a generar condiciones de seguridad para los habitantes que se encuentran en zonas de riesgo por la presencia de minas, artefactos explosivos improvisados, municiones sin explotar y restos de explosivos de guerra”.
“A partir de hoy el gobierno y las Farc trabajaremos conjuntamente para limpiar algunos territorios rurales”, declaró por su parte el jefe negociador del gobierno, Humberto de la Calle.
“Nuestro objetivo principal con esas conversaciones es poner fin al conflicto evitando así víctimas futuras (…), por eso la propuesta de desminado es un primer paso, pero un paso gigante hacia la paz”, añadió.
Las partes hicieron este anuncio al cerrar su trigésimotercer ciclo de pláticas de paz en La Habana, que buscan poner fin a un conflicto armado de medio siglo que ha dejado 220 mil muertos y 5.5 millones de desplazados, según cifras oficiales.
Este acuerdo es el primer resultado del trabajo de una “subcomisión” conjunta integrada por generales y guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), que inició sus labores hace dos días en La Habana, sede de los diálogos de paz para Colombia desde noviembre de 2012.
Confianza entre combatientes enemigos
“Entregamos hoy al país un acuerdo humanitario que inicia la limpieza y descontaminación de nuestros campos”, dijo el jefe negociador de las Farc, Iván Márquez.
“Es satisfactorio poder expresar que efectivamente la subcomisión técnica que trata de temas tan trascendentales como el cese al fuego bilateral y definitivo, y el mutuo compromiso de la dejación de las armas ha comenzado a andar a buen ritmo, concitando una franca aproximación y confianza entre combatientes” enemigos, agregó.
Seis jefes militares, encabezados por el mayor general Javier Flórez, participaron en la primera reunión de trabajo con los comandantes rebeldes de este equipo conjunto, creado para que haga propuestas a los negociadores “plenipotenciarios” de ambas partes para un cese definitivo de hostilidades.
Según el acuerdo, el gobierno y las Farc “seleccionarán un número inicial de sitios que serán objeto de una primera fase” de desminado, en un proceso que se realizará en “un marco de diálogo con las comunidades”.
“Será un trabajo en el que participarán miembros de las Farc, sin uniforme, sin armas y previa suspensión temporal de las órdenes de captura de acuerdo con la ley”, precisó De la Calle.
Este acuerdo “es un hecho concreto de paz”, declaró a la AFP el académico colombiano, Jairo Libreros.
Para el politólogo Ariel vila, que es coordinador del Observatorio Paz y Reconciliación de Colombia, el acuerdo “muestra que se está avanzando en el tema de desescalar el conflicto y que poco a poco de aquí a agosto o septiembre a un cese bilateral”
– 11 mil víctimas –
La delegación de paz del gobierno había fustigado en febrero a la guerrilla por no comprometerse activamente en la limpieza de los campos minados que existen en 668 de los mil 100 municipios de Colombia.
Desde 1990 las minas antipersonales han dejado 11 mil 6 víctimas, entre muertos y heridos, según el general retirado óscar Naranjo, uno de los negociadores del gobierno, en una entrevista publicada en enero en el diario colombiano El Tiempo.
El gobierno y la guerrilla están debatiendo actualmente (desde hace siete meses) el complejo tema de la reparación a las víctimas y el desarme es el siguiente punto de la agenda.
Márquez dijo este sábado que estamos “listos para redactar acuerdos sobre víctimas del conflicto”.
Las partes han consensuado hasta ahora tres de los seis puntos de la agenda y desde el 20 de diciembre las Farc mantienen una tregua unilateral por tiempo indefinido, al que el gobierno no se ha sumado porque piensa que eso sería aprovechado por los rebeldes para reforzarse militarmente.
Las delegaciones de paz iniciaron este sábado un receso y volverán a la mesa de diálogo el 17 de marzo.
