Siniestro
La madrugada del 25 de marzo del 2014, comerciantes fueron alertados de las llamas que consumían sus puestos de venta. Al llegar al lugar, la incertidumbre, la decepción, las lágrimas y la impotencia se apoderaron de ellos al ver la magnitud del fuego, el cual fue apagado en ocho horas.
El 25 de marzo del año pasado, un incendio consumió varios locales en el popular mercado de la zona 4.
La estructura del segundo nivel del mercado fue la más afectada.
400 locales temporales fueron construidos para los vendedores en uno de los estacionamientos.
Q21.5 millones es la cifra que el Fodes gastará en la reconstrucción.
Sin embargo, a un año de la tragedia la reconstrucción no se ha concluido, según Luis Toscano, subdirector técnico de Desarrollo del Fondo de Desarrollo Social (Fodes), por inconvenientes en los procesos de trabajo, debido a que es un edificio muy antiguo. “A ciencia cierta el tema de las instalaciones es lo que más nos afecta porque nos hemos encontrado con problemas en las vigas al momento de la demolición”, indicó.
Toscano afirmó que, pese a ello, ya hay un importante avance en los trabajos físicos; es decir, demolición de paredes, vigas y columnas, y solo están a la espera de que la empresa guatemalteca encargada de construir el techo metálico lo entregue, para concluir esa fase y las instalaciones puedan terminarse en mayo próximo.
Sin embargo, la presidenta del cómite de vendedores del mercado, Olga Argueta Gómez, refirió que esperan que en seis meses se concluyan los trabajos en el segundo piso para que los afectos se puedan trasladar. “Se nos ha indicado que en abril se entrega el primer techado y, primero Dios, en seis meses más los inquilinos afectados podrán ubicarse de nuevo”, aseguró.
Sin recuperarse
“Nunca imaginé que nos costaría tanto recuperar la mercadería. Por ahora lo único que nos queda es hacer préstamos para continuar con el negocio. En unos cinco años quizá recupero lo perdido”, expresó David Osorio, vendedor de ropa.
En cambio, Carlos Mazariegos optó por abandonar su local y dedicarse a conducir un taxi porque aseguró que ya no podía pedir préstamos para comprar más productos.