“Yo ya no leo”

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Creo que todo ha de ser escuchado, aunque no todo aporte a reflexiones serias. El que no lee porque nunca ha leído, lo dice para justificar sus propias carencias; el lector experto que ya no encuentra nada en un periódico, en cambio, nos puede decir mucho. Al igual que las poblaciones que comienzan a interesarse por la vida nacional y se acercan a los medios con “sed”, como la juventud, por ejemplo.

Hace años escuché al director de un medio decir que los periódicos habían sido creados para informar, y punto. Diferí entonces como difiero hoy; los periódicos tienen más de una función, sobre todo ahora que se lee cada vez más en internet y las noticias vuelan por la red. Sirven, no solo para informar, o solo para entretener, o solo para aportar conocimiento, o solo para investigar hechos, o para enlazar a personas, grupos, comunidades o países entre sí. Un medio con visión de presente y futuro responde a necesidades mucho más integrales y camina con los tiempos. Un periódico del siglo XXI ya no es solo un papel, sino una red.

Ahora bien, si Guatemala es uno de los países más violentos del planeta, los medios no pueden barrer bajo la alfombra los datos de las múltiples violencias que aquí se viven, y olvidarlos. Para eso nos compramos un pasaje a Disneylandia o leemos revistas de salón. En cambio, los periódicos sí podrían tomarse más en serio su responsabilidad y aportar contenidos que no desconozcan nuestra historia, que analicen relaciones, que aporten distintas visiones de país, por ejemplo. Es el momento propicio y hay interés en lo nacional. Hacer un periodismo sencillo pero profundo, realista pero fresco, diverso pero respetuoso. Y no presentar las noticias siempre en clave de sangre y polarización, bajo titulares amarillistas, monolíticamente. Aunque lo que vende es la nota roja, mucho es porque hemos aprendido a leer en esa clave. Ya podemos y queremos aprender a leer como ciudadanía, y no como rebaño.

La realidad está y es aplastante, pero ineludible. Se entiende bien que no leer noticias sea un mecanismo de defensa en un país como el nuestro. Sin embargo, no todo lo que se dice en los periódicos parte del pesimismo, sino del optimismo bien informado, como diría Benedetti. Cierto, sí, que hay otras maneras de enfocar, de presentar la noticia, de interesar a la gente en la lectura de las notas, los reportajes o las columnas, sobre todo en Guatemala, donde la lectura no es precisamente el deporte nacional, lo cual podría aprovecharse para hacer algo bien hecho. Y como en el país de los ciegos, el tuerto es rey —o en el país del analfabetismo real o funcional, los ignorantes tienen el poder—, habremos de caminar, periódicos y lectores, medios y audiencias, hacia nuevas relaciones que aporten al cambio que queremos ser.

cescobarsarti@gmail.com

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Leo