Hay rubios de tonalidades frías y cálidas, que combinan bien con cada color de tez, explica la estilista Lucía Pineda. Lo importante es no hacer un cambio radical, para conservar la esencia de la persona. Una de las técnicas actuales es el balayage, —barrer, en francés—, el cual consiste en difuminar el color desde la raíz hasta las puntas y así iluminar de forma uniforme el cabello. También está el ombré o sombreado, en en el que se tiñe las puntas con hasta tres tonos más claros que la raíz, y el sombré, con hasta dos tonos oscuros.
Estas son populares porque no requieren del tradicional retoque de la raíz. Los contrastes de color se aprecian mejor en bucles o rizos, que en peinados rectos, aconseja Morales.
Procecimiento
Paso 1
Para un balayage dorado con toques de beige, se aplica el tinte con brocha de manera difuminada y asimétrica, para que se vea natural. Esta tonalidad se adecúa a la tez cálida de la modelo.
Paso 2
Se van separando los segmentos del cabello ya teñido con papel aluminio, y se espera a que este adquiera un tono rubio claro. Otra forma de aplicar el color es con la técnica del “tizado”.
Paso 3
Se lava el cabello con un champú neutro, antes de matizarlo, para que este penetre bien en las hebras. Se recomienda hacer un recorte de puntas antes del teñido, para que no se pierda el efecto deseado.
Paso 4
Se matiza el cabello al rebajar la intensidad del color, para que sea sutil. Luego se aplica el tratamiento a base de proteína, y se lava otra vez con champú. Se seca el cabello, y se puede hacer el peinado que se prefiera.