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Según Pablo Schneider, director ejecutivo del Banco Centroamericano de Integración Económica, BCIE, mantenerse atentos a la coyuntura económica mundial y su efecto a nivel interno, evitaría una posible crisis nacional.
El funcionario, quien fue entrevistado por Prensa Libre sobre la situación económica del país, estuvo en Guatemala para firmar algunos convenios de cooperación a proyectos agrícolas y de la pequeña y mediana empresa.
-¿Qué evaluación hace el BCIE de la situación económica de Guatemala y el resto de Centroamérica?
-Lo que advertimos como muchos otros analistas, es que el 2001 presenta una coyuntura compleja. Si bien tiene signos distintos en cada país, se atraviesa por un mal momento. El banco tiene como rutina seguir de cerca el desempeño de las economías del área porque es su ámbito de operaciones y, naturalmente, los signos de la vitalidad están íntimamente relacionados con el campo de acción.
-¿Cuáles son los factores que más influyen para tener un mal escenario?
-Varios de los principales productos de exportación tienen un entorno de precios poco favorable y el principal insumo de la actividad industrial y económica, el petróleo, ha tenido vaivenes contrarios. La coyuntura externa sumada a condiciones propias de carácter interno propician niveles de actividad económica deprimida, pero sin llegar a extremos de hablar de recesión.
-¿Qué pasará si se llega a la recesión?
-La recesión implicaría caídas en la producción. Es necesario concluir que el nivel de actividad de las tasas económicas de crecimiento que se veían en décadas pasadas, este año no se tendrán. El pronóstico del banco es que el crecimiento estará entre el dos y tres por ciento, dependiendo de qué país se trate. Aún hace falta ver los efectos reales de la problemática del café, pero en este momento no vemos crecimiento con tasa negativa en la producción centroamericana.
-La situación de Estados Unidos es difícil, ¿cuánto afectará a Centroamérica?
-Ellos tiene sus propias dificultades y eso tendrá un impacto a nivel mundial; para nosotros es obligatorio caer en cuenta de cuánto afectará.
-¿Qué se debe hacer para minimizar el impacto de una posible crisis?
-Es necesario establecer programas e iniciativas de diferente índole que permitan tener un mejor crecimiento en el futuro.
-¿Cuál es el rol del banco en esas iniciativas?
En Centroamérica nos hacemos presentes con programas de financiamiento. Lo que buscamos es superar esos signos adversos.
-¿Ya tiene programas en marcha?
-Ahora trabajamos en programas de apoyo en acciones de corto plazo por la irregularidad en el régimen de lluvias. Pero conscientes que eso no es suficiente, estamos preparando un programa de modernización de agronegocios. Con la Federación de Cámaras y Asociaciones Industriales Centroamericanas, Fecaica, se impulsa la modernización industrial. Una iniciativa más es la promoción de las exportaciones. Es conveniente que en los diferentes países internalicemos la situación que se vive y se trabaje fuerte para minimizar el efecto para los países en problemas.
-¿Cuál será el papel del banco en el Plan Puebla-Panamá?
-En este plan queremos financiar programas de vocación regional que consoliden la base productiva y de exportación.