Guatemala

La navidad más feliz de todas

Jocotán, Camotán y Olopa no dejan morir su fe

No habrá intercambio de regalos, juguetes, estrenos de ropa, comida especial en abundancia y menos cohetillos o estrellitas, pero lo que no hará falta es el espíritu navideño, que ya se respira en el ambiente.

En Camotán, Jocotán y Olopa, donde este año hubo varias muertes por la hambruna, cualquiera diría que por la pobreza la Navidad será una fecha triste, pero hasta en los ranchitos más escondidos en la montaña los campesinos dicen esperar la época más feliz.

Tienen fe

Con una sonrisa, Juana Pérez nos da la bienvenida en su rancho, en El Roblarcito, Olopa, Chiquimula.

Su blusa está tan vieja y gastada que uno de sus senos se sale por un agujero. La mujer de más de 60 años no puede hacer nada porque la tela ya no resiste un remiendo más.

Sin embargo, para Juana eso es secundario; lo principal es preparar el atol de masa que dará a los acompañantes de la posada que llegará a su rancho por la noche.

?Yo estoy muy contenta, no tengo motivo para estar triste en esta Navidad, ¿acaso estoy enferma, pues? se pregunta, mientras apura a su hija Rosa, quien al calor del fuego prepara el atol, en una olla de barro.

¿Quieren un vasito?, pregunta a los reporteros de Prensa Libre. ?Está rico, si quieren le pueden echar un poquito de sal?, sugiere.

Lo que se prepara en el hogar de Juana es parte del preámbulo ?del gran día, que es Navidad?, según su esposo, Agustín Quisar.

Él se ha impuesto el reto de que para Navidad habrá tamales de gallina en su casa, y que batallará para conseguir el animal.

Sin uvas y manzanas

La noche del 24, prosigue, irán con toda la familia al oratorio, para dar la bienvenida al niño Jesús, y luego esperarán las 12:00 para ir a dormir. Aclaró que en la aldea nadie compra uvas, ni manzanas; eso no se puede hacer, ya que no hay dinero.

La alegría es Jesús

En la misma comunidad, Clara Luz Méndez está confundida: no logra definir el sentimiento que prevalecerá en Navidad, sólo se le hace un nudo en la garganta.

Luego dice que estará triste, porque a sus cuatro niños no les podrá comprar nada.?No tenemos dinero, ¿y dónde lo voy a conseguir? No voy a robar, ni tampoco le puedo decir a mis hijos que lo hagan, porque eso es un mal ejemplo. Nosotros vamos al oratorio, amamos a la Virgen María y le pedimos que nos ayude a pasar el momento?, refiere.

?Aquí la pasamos desnutridos, pero nuestro corazón está con Jesús, eso es lo más importante, porque si no luchamos con Jesús, no estamos haciendo nada?, sostiene.

Se consuela al decir que si Dios permite el sufrimiento, es porque después les dará su recompensa.

Acostumbrados

En comunidades de Jocotán y Camotán la respuesta es similar: no hay dinero para comprar.

Esa situación, según el director del dispensario Bethania, Carlos Arriola, donde se atiende a los afectados por problemas de desnutrición, es común en el área, donde la gente se ha ido acostumbrando a las carencias.

Sin embargo, asegura que ante dichas situaciones los campesinos han acrecentado su fe, dándole el verdadero sentido a la Navidad, que es una fecha de alegría y oración.

ESCRITO POR: