Ella es una de las centenares de niñas y niños que desaparecieron durante el conflicto armado, cuando los elementos del Ejército ingresaban de manera violenta en las comunidades en busca de guerrilleros, indica la Liga de Higiene Mental, promotora del proyecto ?Todos por la búsqueda y reencuentro de la niñez desaparecida?.
El reencuentro entre padre e hija se llevó a cabo el 15 de diciembre en la aldea Santa Anita Las Canoas, San Martín Jilotepeque, Chimaltenango.
En el mismo también participaron abuela, tíos y hermanas, quienes manifestaron su alegría a Aura Marina.
?Me siento muy feliz, porque nunca perdí la esperanza de que volvería a encontrar a mi hija sana y salva?, expresó con emoción el padre.
Los hechos
Aura Marina tenía 3 años cuando los militares se la llevaron, junto a otros niños, luego de perpetrar una masacre en la comunidad Santa Anita Las Canoas, en 1982, relató María González, abuela de la joven.
?Cuando los soldados ingresaron en la comunidad a matar a la gente, yo salí huyendo con mis nietos, pero en el trayecto se me perdieron dos de los niños?, relató.
Sin embargo, al calmarse la situación, ella regresó a la aldea en su búsqueda, sin ningún resultado.
?No me di por vencida, y pregunté por varios días a los vecinos, hasta que me dijeron que se encontraban en el destacamento militar de Chimaltenango, pero cuando fui a preguntar, ya no se estaban?, recordó.
Qué pasó
Por su corta edad, Aura Marina no recuerda qué pasó cuando se extravió en esa época.
?Sólo recuerdo que los del Ejército le dijeron a una señora si no quería recoger a dos niñas, y ella dijo que sí?, expresó.
De esa cuenta, Aura Marina vivió con Dorotea Saravia, en Chimaltenango, hasta los 16 años.
Relató que huyó de su casa porque Saravia le dio malos tratos.
?Ella me pegaba constantemente, porque yo lloraba mucho por mi mamá, quien murió en la masacre?, expresó.
Luego de escapar de su casa, la joven llegó a la capital y trabajó en oficios domésticos. Dos años más tarde, se casó con Antonio Chajón, con quien procreó dos niños.
Ahora que Aura Marina encontró a su verdadera familia, piensa visitarlos de manera frecuente, a efecto de ?recuperar el tiempo que viví separada de ellos?.
Otros dos hechos similares en Quiché
La Liga de Higiene Mental ha promovido dos reencuentros más:
El primero fue entre padre e hija. Julián Choc y Julia, de 24, se volvieron a ver después de 19 años. Este se llevó a cabo en la aldea Santa María Semacoch, Ixcán, Quiché. Ella desapareció a la edad de 5 años, cuando el Ejército arrasó la aldea Las Guacamayas, Uspantán, Quiché, en 1982.
El segundo reencuentro fue entre hijo y madre. José López, de 27 años, y Feliciana Raymundo se volvieron a reunir después de casi dos décadas. El evento se realizó en Santa María Nebaj, Quiché, el 10 de noviembre. El niño desapareció a la edad de 8 años, en 1982.