Los datos, según reportaron las agencias ACAN-EFE y AFP, fueron divulgados ayer en Costa Rica por la Fundación Arias para la Paz y el Progreso, que encabeza el ex presidente costarricense y Premio Nobel de la Paz 1987, Oscar Arias Sánchez.
La directora ejecutiva de la fundación, Lara Blanco, señaló que mientras la tasa de homicidios promedio América Latina es de 22.9 por cada 100 mil habitantes, en Centroamérica llega a 57.3.
En Guatemala, ese índice se eleva hasta 101 fallecidos de forma violenta por cada 100 mil habitantes, según diagnóstico realizado en el 2000. Ese año, las autoridades guatemaltecas registraron 1,926 fallecidos por arma de fuego.
A la cabeza de América
Guatemala, junto a El Salvador, tiene una de las tasas de homicidios más altas del mundo. Sin embargo, sobre la capital guatemalteca sólo se ubican las ciudades colombianas de Cali y Medellín, según el Banco Interamericano de Desarrollo.
Eso se estableció en el diagnóstico respecto de la situación de violencia y armas en Guatemala elaborado para el Primer Foro Centroamericano sobre la Proliferación de Armas Ligeras que se llevó a cabo en junio del 2000.
Conflicto, el origen
Según la Fundación Arias, la raíz de la violencia en Guatemala se sitúa en el conflicto armado interno, que dejó más de dos millones de armas ilegales por toda el área.
Ejemplo de ello es que en el mercado negro del Istmo abundan los fusiles AK-47 y M-16, lanzacohetes RPG-7 y granadas de mano.
?La cultura de violencia que se desarrolló durante el enfrentamiento armado no se ha modificado por los acuerdos de paz, sólo se ha transformado?, advierte la Fundación en el informe sobre Guatemala, que aparece en su página de Internet.
El reporte también apunta sobre la proliferación de escopetas y revólveres hechizos, que en la calle pueden costar entre Q150 y Q300. Esas armas consisten en dos tubos galvanizados y un clavo que, al soldarse, se convierten en una efectiva máquina de matar.
Por departamentos
Uno de los departamentos más violentos del país es Escuintla, donde se producen 165 homicidios por cada 100 mil habitantes. Le siguen Izabal, Jutiapa y Santa Rosa.
La pobreza, la desigualdad social y la amplia disponibilidad de armas son los factores señalados por la Fundación Arias como principales propiciadores de los hechos violentos.
Entre las causas que provocan la proliferación de armas figura el incremento del crimen organizado y el aumento incontrolado en el número de agencias privadas de seguridad.
El Instituto de Enseñanza para el Desarrollo Sostenible, Iepades, que ya se encargó de redactar el diagnóstico para el Primer Foro Centroamericano sobre la Proliferación de Armas Ligeras, formará parte de la delegación guatemalteca invitada a la reunión.
?Hay un dato que nos llama la atención, y es que en Guatemala nunca se decomisan cargamentos de armas de contrabando?, recalcó Carmen Rosa de León, directora de Iepades.
Conferencia sobre armas
La Fundación Arias, junto a los gobiernos de Costa Rica, Canadá y Finlandia, ha auspiciado la Conferencia sobre Armas Pequeñas y Livianas, que inicia hoy en San José.
Hasta el miércoles, expertos en armamento y legislación, así como representantes de los gobiernos de Centroamérica, dialogarán sobre el tema. El objetivo es fijar la puesta en marcha del Programa de Acción para Prevenir, Combatir y Eliminar el Tráfico Ilícito de Armas Pequeñas y Livianas, aprobado por la ONU en julio último.
Tráfico ilegal: Armas en cada hogar
En Guatemala, el Departamento de Control de Armas y Municiones, Decam, tenía a finales del 2000 alrededor de 170 mil armas registradas, en propiedad de unas 60 mil personas.
Sin embargo, ésta es sólo una pequeña parte de las armas que circulan en el país, que superarían el millón, según los expertos.
Carmen Rosa de León, directora de Instituto de Estudios para el Desarrollo Sostenible, Iepades, recordó que el control del tráfico ilegal de armas y la modificación de la Ley de Armas y Municiones son las dos principales asignaturas que el Gobierno debe superar para controlar la delincuencia.
Sin embargo, para la investigadora, la modificación propuesta el jueves último por varios diputados eferregistas, encabezados por Baudilio Hichos, ?es insuficiente, y sólo se hace por cumplir la calendarización de los acuerdos de paz?.
En la citada iniciativa, que aún no ha sido conocida por el pleno del Congreso, se reduce la edad mínima de portación de armas de 25 a 18 años.
Además, se fijan dos nuevos requisitos para obtener la licencia de armas: superar un test de aptitud psicológica y presentar una constancia extendida por un instructor de que el solicitante conoce el manejo del arma.
Sin embargo, sigue sin limitarse el número de licencias que cada persona puede pedir.
?Lo primero es pasar el control de las armas a una dependencia civil, como es el Ministerio de Gobernación?, recalcó De León.
