Como se ha visto hasta el momento, algunos de los edificios y elementos decorativos que se crearon a partir de 1776 todavía subsisten. La relación de todo lo destruido por la acción de la naturaleza y la poca previsión del guatemalteco supera lo que la imaginación pudiera proyectar. Como ejemplo se pueden citar las palabras de señor Haefkens, quien hacia 1826 observó que las calles de la ciudad eran ?tiradas a cordel, orientadas de este a oeste y de norte a sur, con sus buenos cuarenta pies de ancho.
Todas iban a dar hacia algún monumento atractivo, como una capilla o una fuente? (Pedro Pérez Valenzuela). ¿En dónde están todos esos elementos que le impactaron?
También otro viajero (1839), John Lloyd Stephens, dejó constancia que en el centro de la ciudad se extendía la plaza ?de 150 yardas de cada lado, pavimentada de piedra y bordeada de portales en tres costados?. La descripción incluyó inmuebles que hoy ya no existen y la Catedral con su ?Palacio Arzobispal de un lado y el Colegio de Infantes del otro?. El espacio abierto de la plaza se usaba como mercado.
Como poco usual se puede considerar el registro dejado por una mujer. Entre 1873 y 1874, Caroline Salvin se encuentra en su paso por Guatemala ?un Edén?. Su estadía en la capital coincidió con la investidura presidencial de Justo Rufino Barrios. Salvin detalla, entre varios comentarios, una población que ?se veía bella, blanca, bien construida?. También se admiró del teatro Colón, ?con partes de teja roja en su construcción?. Ella encontró que las calles le recordaron las de los pueblos italianos del norte. Hasta en los detalles de las puertas y ventanas que describió con emoción.
El libro ?Un paraíso, diarios guatemaltecos 1873 ? 1874? fue lo que en realidad motivó esta serie de tres artículos titulados ?Guatemala ayer?. Su reciente aparición en los anaqueles de CIRMA viene a enriquecer visiones señaladas por otros viajeros. Caroline Salvin, artista, logra reflejar junto a sus memorias escritas, acuarelas y dibujos, la Guatemala mágica de Salomé Gil y contemporáneos.
Además, la publicación se complementa con la visión que le dejó este país a otro extraordinario fotógrafo mencionado ya, Eadweard Muybridge.
Es interesante apuntar que el famoso fotógrafo, según narra en el estudio que sobre él hiciera Luis Luján Muñoz, trabajó siete meses en Guatemala con la intención comercializar su producto artístico. Esta actitud deja claro el papel de la fotografía en el campo de la comercialización y su valor coleccionable ya en aquellos momentos.
?Un paraíso? es parte de la colección ?Memorias y documentos?, de Plumsock Mesoamerican Studies, cuyo editor general es Fiona Mackenzie King. Las investigaciones biográficas corresponden a Sybil Salvin Rampen. La introducción histórica y notas del compendio son de Wayne M. Clegern.
