Con un neumático pinchado por las balas, el piloto continuó circulando la unidad desde el kilómetro 38, y cuando esta llegó al lugar de la captura se bajaron usuarios y la emprendieron contra los presuntos delincuentes.
En el lugar donde se cayeron los dos presuntos extorsionistas, la PNC encontró 13 balas útiles y ocho casquillos, dos teléfonos celulares con los que se presume llamaban a sus víctimas para exigir el pago.
Los agentes rastrearon varios kilómetros de la ruta, pero no encontraron el arma con la que los delincuentes le dispararon automotor.
Un investigador dijo que los dos apresados forman parte de una banda de extorsionadores que opera en esa ruta cobrando Q300 a la semana a cada autobús extraurbano.
Los dos detenidos fueron trasladados al Hospital Nacional de Antigua Guatemala, Sacatepéquez, ya que tenían golpes en distintas parte del cuerpo causados por la caída y por la golpiza que le propinaron un grupo de usuarios del colectivo.