Las cifras al respecto son claras. Las ventas de camarón siguen en aumento después de la crisis que impactó en los principales mercados de exportación.
El sector vendió en el 2014 US$70 millones, cifra ligeramente superior a los US$66 millones del 2008, año que se ubica como el punto histórico más alto en ventas.
En el 2014, las exportaciones del crustáceo sumaron 23.15 millones de libras, apenas 0.35% más que lo exportado en el 2013, cuando se registraron 23.07 millones de libras vendidas.
Las exportaciones en volumen del año pasado aún son bastante inferiores a los 236 millones de libras enviadas al exterior en el 2008.
potencial
Gabriel Biguria, gerente general de la empresa Acuamaya, compañía que empezó su diversificación hacia Corea, China y, próximamente, Japón, comenta que aunque el potencial de crecimiento es alto, uno de los factores que frenan su desarrollo es la falta de tierra para cultivos y los altos costos.
Según el empresario, el reto de Guatemala para que se desarrolle la industria del camarón es resolver esta situación, pues se compite con cultivos como caña de azúcar y palma africana.
Biguria llama la atención al hecho de que en Honduras o Ecuador —el mayor productor de América Latina- existe mucha tierra disponible y se pueden alquilar fincas a bajo costo.
En los países mencionados se manejan densidades de población de entre 10 y 12 camarones por metro, y en Guatemala se produce lo mismo en una décima parte del área productiva.
INNOVACIÓN
Ricardo Santa Cruz, director del sector agrícola de la Asociación Guatemalteca de Exportadores, explica que Guatemala ha migrado de una industria basada en pesca de camarón a una basada en la camaronicultura, lo que lleva implícita una constante incorporación de tecnologías, innovación y mejora en los índices de productividad.
Guatemala figura en el contexto internacional como proveedor de camarón de buena calidad y cumple con los más altos estándares de inocuidad.
La industria de camarón está muy regulada y es constantemente inspeccionada, no solo por parte de la autoridad competente local, sino también por los países de destino.
Según Santa Cruz, la tecnología y el rigor científico con que se maneja la camaronicultura guatemalteca han permitido proteger la industria de riesgos que la asechan constantemente, como el caso de enfermedades, por lo que el país sigue libre de los principales problemas que afectan a otros países.
buen comprador
Pedro Barnoya, presidente de la Cámara de Cooperación y Comercio China-Guatemala, señala que, pese a que China y otros países del sudeste asiático son productores, también importan estos crustáceos para consumo interno.
China constituye un caso especial porque, de acuerdo con un estudio de exploración efectuado por la Cámara de Cooperación y Comercio China-Guatemala para conocer la percepción del mercado por productos de calidad de alta gama, como los guatemaltecos, sus pobladores tienen un alto nivel de poder adquisitivo y gustan de probar y consumir productos premium importados.
Aunque es un segmento muy pequeño, para Guatemala sigue siendo importante, por el tamaño de la población china y también de los países del sudeste asiático.
En opinión de Barnoya, es vital que haya más presencia de país y que se muestre que Guatemala cuenta con productos exportables de calidad, además de que es necesario contar con el apoyo del Gobierno.