Pero siempre es mejor compartir. Muchos estudios evidencian que la práctica sexual con otra persona, no la masturbación, reduce la hipertensión porque baja los valores de la presión arterial sistólica que cotrae el corazón.
Según un estudio de la revista Journal of the American Medical Association, eyacular al menos 21 veces al mes protege contra del cáncer de próstata, y en este conteo si se toma en cuenta la masturbación. Además estar cerca de la pareja amada relaja y reduce la ansiedad, aumenta la autoestima y la felicidad.
El sexo ayuda a fortalecer el sistema inmunológico. Foto Hemeroteca PL
Abrazar, tocar y besar al compañero o compañera produce una sensación de bienestar, porque en la relación sexual se libera un químico cerebral que acelera el centro del placer y la respuesta de recompensa del cerebro.
Aunque el sexo no reemplaza a la bicicleta, los patines, una carrera o la natación, sí cuenta como ejercicio físico en el que se queman unas 5 calorías por minutos. Además se mueven varios músculos del cuerpo y se acelera el ritmo cardíaco, con lo que se gana salud.
Pero también el sexo también ayuda a descansar mejor. Después de un orgasmo, se libera la hormona prolactina, responsable de la somnolencia y la relajación. Por este motivo después de un encuentro sexual muchas personas se quedan dormidas más rápidamente de lo normal.
Cuanta más frecuencia sean las relaciones sexuales, es mejor. Estadísticas evidencian que mantener sexo al menos dos veces por semana reduce en 50 por ciento, las posibilidades de morir de una enfermedad del corazón. Además equilibra los niveles de estrógeno y testosterona cuyo desequilibrio provoca osteoporosis.
El sexo reduce el riesgo de un ataque cardiaco. Foto Hemeroteca PL.
En las mujeres las relaciones íntimas generan más lubricación vaginal, aumenta el flujo sanguíneo y mejora la elasticidad de ese órgano. Además para ellas, practicar sexo puede ser un entrenamiento muy eficaz para fortalecer los músculos de la zona pélvica, importante para contrarrestar la incontinencia urinaria, un problema que afecta a alrededor del 30 por ciento de las mujeres en algún momento de sus vidas. Esto derivado que cuando las mujeres tienen un orgasmo se produce una contracción de los músculos pélvicos, que fortalece esa zona.
Finalmente un estudio de la Universidad Estatal de Nueva Jersey, Estados Unidos, descubrió que el orgasmo puede bloquear el dolor, ya que durante su corta duración se produce una hormona que ayuda a elevar el umbral de dolor.
Este estudio resaltó que la estimulación vaginal aunque sea sin orgasmo también bloquea, en las mujeres, el dolor de espalda y menstrual, la artritis y el dolor de cabeza. Entonces en resumidas cuentas, si hay dolor, un buen consejo es hacer el amor con la pareja, y si no lo hay se gana salud. Total como diría los gerentes es un juego de gana-gana.