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Además, reconoció que el término feminista despierta recelos en ciertos sectores de la sociedad y explicó que hay personas, incluidas mujeres, que erróneamente lo relacionan con la “superioridad femenina” y el desprecio a los hombres. “Ser feminista es buscar la equidad de género, no mostrar superioridad. Todos somos iguales y merecemos los mismos derechos”, afirmó la intérprete, quien viajó al país centroamericano para participar en el Festival Internacional de Cine de Panamá (IFF).
La mexicana aseguró también que “poco a poco” se van logrando avances en pos de esa igualdad y que cada vez hay más hombres que se suman a la causa, aunque no se atrevan a declararse públicamente feministas por miedo a ser “foco de discriminación”. “Ya tenemos avances (en materia de igualdad) y ojalá no desistamos de lo que estamos haciendo”, agregó.
Aparicio, de 25 años y oriunda del sureño estado de Oaxaca, uno de los más pobres de México, se convirtió a principios de año en la primera mujer indígena en ser nominada al Óscar como mejor actriz por su interpretación en la aclamada película del director mexicano Alfonso Cuarón. “Un día estaba estudiando para ser maestra, terminé la carrera y al otro día me convertí en actriz”, admitió la joven, que tiene intenciones de seguir dedicándose a la interpretación y se encuentra estudiando distintas propuestas: “Estoy abierta a cualquier tipo de papel y a seguir interpretando a esas mujeres de la vida diaria”, dijo.
En Roma, que se alzó con tres estatuillas en los Óscar y lidera las nominaciones en los Platino, la actriz da vida a Cleo, una empleada doméstica de origen mixteco que trabaja para una familia de clase media-alta en el México de inicios de los años 1970. La cinta, rodada en blanco y negro e inspirada en la infancia de Cuarón, no es solo un homenaje a esas trabajadoras del hogar que se entregan y le hacen la vida más fácil a millones de familias en todo el mundo, sino que también es un tributo al matriarcado y a todas las mujeres “en general”, apuntó Aparicio. Además añadió que en su comunidad las mujeres son el sostén de las familias.
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La película ha removido conciencias sobre las duras condiciones laborales a las que están sometidas muchas de las empleadas domésticas y ha contribuido, entre otras cosas, a que México haya incluido recientemente a estas trabajadoras en la Seguridad Social. “Yo era una de esas personas que no veía el impacto que puede tener una película. Roma ha conseguido muchas cosas, pero principalmente le corresponde a los gobiernos, a las trabajadoras del hogar y a los empleadores” luchar por la dignificación de la profesión, declaró Aparicio.
El salto a la fama de la joven maestra no ha sido un camino de rosas. Aparicio se ha enfrentado a varias críticas por su falta de experiencia e incluso ha llegado a ser blanco de burlas por su origen indígena. “No es necesario llegar a Hollywood para saber que esta profesión es complicada y hay discriminación. Ojalá que las cosas cambien y que haya más oportunidades para las personas y dejemos de lado los estereotipos que tanto nos han afectado como sociedad”, concluyó.