“A diferencia de otras ciudades mayas, Nixtun-Ch’ich’ en Petén se levantó conforme a un patrón de cuadrícula parecido al de Teotihuacán, algo que los mayas no hacían, hasta estos descubrimientos”, explicaron los arqueólogos.
La ciudad ha sido la sede de investigaciones encabezadas por el arqueólogo Timothy Pugh del Queens College de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, la cual ha sido estudiada desde 1995.
Los investigadores destacan que la importancia de este descubrimiento radica en que es la ciudad más antigua de Mesoamérica con este tipo de composición urbanística —con calles y avenidas— las cuales recuerdan mucho a Teotihuacán, (México) ciudad que surgió siglos después. Los estudiosos coinciden que es un descubrimiento que vale la pena seguir estudiando ya que esta clase de urbanismo ya no se replicó en ciudades posteriores.
Importante sitio
“Hemos recuperado más de 100 mil piezas procedentes del sitio, la mayoría restos de cerámica y herramientas de piedra. También hemos hallado algunos objetos especialmente fascinantes, la mayoría asociados a las casas consistoriales, explica Pugh a la revista especializada National Geographic, en el 2014. “En particular, dos esculturas en forma de tortuga, cada una asociada a un altar. Estas figuras representaban el orden en el tiempo y el espacio, opuesto al caos primordial. Los altares en forma de tortuga también estaban asociados a un período del calendario maya compuesto por 13 ciclos de 7 mil 200 días”, añade.
El sitio
El área ceremonial principal consta de 15 edificios alineados en torno a una línea directa. Dichos edificios incluían también pirámides de hasta 30 metros de altura. Los visitantes tenían que subir varios escalones para alcanzar los templos en las cimas de pirámides. Al final de esta ruta ceremonial había una estructura triádica de tres edificios o pirámides encima de una plataforma.
Este se ubica en las orillas del lado oeste del lago Petén Iztá.