El túnel conducía desde el interior de la prisión hasta un área boscosa, pasando por debajo del muro de seguridad, relató.
Sin poder precisar detalles sobre sus dimensiones, el vocero de prensa explicó que el pasaje fue descubierto hace tres semanas por los servicios de inteligencia y que fue bloqueado. Pero en la última semana los reclusos lograron reabrirlo para fugarse.
Ocho de los 11 presos que se fugaron la madrugada del sábado fueron recapturados, pero 36 hombres permanecen aún fugitivos. La policía está reforzando la seguridad en la prisión, ubicada en la región metropolitana de Belém, capital de Pará.
El director del centro penitenciario fue apartado de su cargo y se abrirá una investigación “para saber si hubo connivencia o negligencia de parte de los funcionarios” para facilitar la fuga, precisó la fuente del SUSIPE.
La cárcel, con capacidad para 288 detenidos, no alberga presos de alta peligrosidad.
Según datos del Ministerio de Justicia, en Brasil hay 600.000 personas tras las rejas, la cuarta mayor población penal del mundo detrás de Estados Unidos, China y Rusia.