Todo se reduce a las decisiones en cuanto a lo que gastamos y a lo que guardamos para nosotros. Tal como cuando uno entra a un evento y decide dónde sentarse y al lado de quiénes sentarse o con quiénes sentarse, qué estudios realizar, qué corte de cabello lucir, cuánto tiempo le dedicas a la TV, al internet, al Facebook, a compartir con tus hijos, o con quién casarse. La vida se reduce a la toma de decisiones todo el día y todos los días.
Las decisiones las tomamos con base en lo que somos, es decir, nuestros valores, prejuicios, cómo vemos o pensamos (paradigmas) acerca de algo o de alguien, nuestras emociones del momento, o bien, con base en nuestros sentimientos o motivaciones.
También las decisiones las tomamos con base en situaciones que tengamos que enfrentar tales como crisis o amenazas.
La decisión de gastar en algo a veces la tomamos para satisfacer una necesidad o para experimentar una emoción, aunque estemos endeudados o con pocos ingresos.
Habrá que hacerse la pregunta del porqué trabajamos y así poder obtener un ingreso. Será para pasarla bien, para hacerla en la vida o para ambas cosas.
¿Qué es hacerla en la vida? Es llegar a un punto en la vida en el cual los ingresos que producen nuestras inversiones pagan mi gasto completo, es decir, los fijos de cada mes y los eventuales que realizamos durante el año.
Para ilustrar mejor esto de las decisiones qué mejor que un ejemplo de la vida real como es el caso de Shaquille O’Neal.
Cuando este fue contratado en la NBA gastó US$1 millón en sólo un mes y su banquero lo llamó para advertirle de que terminaría en la lista de los atletas millonarios que ahora están en la bancarrota.
Shaq decidió completar sus estudios y hoy día es dueño de mas de 300 negocios, entre ellos varios gimnasios, un mall, y algunos restaurantes y pubs. Además, actualmente gana aproximadamente US$22 millones extras al año debido a sus promociones con Arizona, Buick, Zales, IcyHot, entre otras, y como analista en TNT.
Ahora Shaq dice: “No es cuánto dinero puedas hacer, la pregunta es: estás lo suficientemente educado para tomar buenas decisiones a fin de mantener ese dinero para siempre?”.
Nuestra lápida tendrá dos fechas y en medio de esas dos fechas una rayita. Esa rayita es nuestra vida y el resumen de nuestras decisiones. Que podrá contar esa rayita. Contará una historia superficial o profunda, amena o triste, grata o ingrata, provechosa o desgraciada, trascendente o intrascendente, de buen ejemplo o de mal ejemplo, de éxito o fracaso con base en nuestras decisiones.
Espero que en la tuya se pueda ver narrada una historia de buenas decisiones en lo familiar, profesional, matrimonial, espiritual y en lo económico. Mi deseo es que el resto del año puedas hacer decisiones prudentes y sensatas que puedan dar a conocer tu grado de sabiduría y así tener éxito en cada área de tu vida, y que en tu área económica puedas alcanzar un mejor nivel.
En mi libro Cómo hacerla en la vida, conocerás más sobre este y diversos temas de economía personal.