El ejército “debería acabar de forma inmediata con esas pruebas de virginidad contrarias a la prohibición de tratamientos crueles, inhumanos y degradantes prevista en el derecho internacional”, indicó la onegé en un comunicado.
Las fuerzas armadas han defendido esa práctica como forma de evitar que algunas mujeres “perjudiquen” al ejército con su comportamiento, pero ha desmentido que se llevara a cabo con las futuras mujeres de militares.
HRW ya había denunciado a finales del 2014 prácticas similares de la Policía indonesia, que había negado esas acusaciones.
“No quiero recordar esas malas experiencias. Fue humillante”, había dicho entonces una joven de 19 años, citada en el informe de la onegécon sede en Nueva York.