Es importante la ayuda de los padres, así como la del padrino o madrina, que deben ser creyentes sólidos, capaces y prestos a ayudar al nuevo bautizado, niño o adulto, en su camino de la vía cristiana, establece el Catecismo.
“Los padrinos se comprometen a vigilar la educación religiosa del niño. Por eso, se recomienda que vivan cerca de su ahijado como papá o mamá espiritual, para que vean si el niño va a misa, si ya ha hizo la primera comunión o la confirmación”, dice el sacerdote José Luis Grajeda, rector del templo de Santa Clara.
“No tienen la obligación de dar regalos. Los padrinos no están para regalar sino para acompañar a los padres para que el niño reciba educación moral”, añade.
Los presentes son optativos. Los padrinos de confirmación cumplen con las mismas responsabilidades para reforzar la función de los padrinos de bautismo. Los requisitos para ser padrino es que sepan guardar los mandamientos y obligaciones religiosas.
A continuación, se presentan historias enviadas por los lectores, en las que hablan de su relación como padrinos o ahijados.
“Mis padrinos siempre estuvieron presentes en mi vida. Creo que influía que mi madrina era la mejor amiga de mi mamá, además de ser su prima. Todos los sábados, durante años, nos llevaba a pasear. Cuando fui creciendo, me llenaba de consejos sabios a tal punto que, hasta hoy, ha sido mi confidente y mi amiga. Un niño no puede valorar la importancia de que un adulto sea guía en el camino de la vida, sino lo comprende con el tiempo Por mi experiencia como ahijada, puedo decir que es difícil elegir a los padrinos de sus hijos. Utilicé la lógica de elegir a tíos. Siempre se espera nombrar padrinos responsables y dedicados con sus ahijados”.
Diana Verdugo
“Haber tenido la experiencia de que un niño me pidiera que lo apadrinara en su confirmación se transformó en uno de los eventos más enriquecedores y vivaces que la vida me pudo otorgar. Dennis Alexander Girón, a quien yo cariñosamente llamo “Godson”, y en reciprocidad él se refiere a mi como “padrino mágico”, es un sobrino que encontró en mí más que un consejero. Se refugia en mí como un amigo, como un compañero, como un cómplice de aventuras, en ciclismo de montaña, futbol y deportes extremos. Tenemos una relación como hijo y padre”.
Marvin Ronaldo Arévalo Mayén
“El padrino de mi hija es una persona muy empeñada a seguir hacia el éxito y es lo que día con día le muestra a mi pequeña Alicia. Le muestra cual es la educación y enfoca a Dios en su camino. No hay regalos no hay interés, sino un amor verdadero de padrino y ahijada. Felicito a Carlos Villeda por ser un gran padrino para mi princesa”.
kapi27_pao@hotmail.com
“Los padrinos de mi hijo son personas ejemplares, trabajadoras y emprendedoras. La relación entre ellos y mi hijo es excelente. Gracias por esta bella actividad, así los padrinos toman más en serio su papel”.
Karla Medina
“Hace cuatro años Dios me dio la bendición de ser tía de mi ahijado, pero además me dio un regalo extra para toda la vida y es ser su madrina. Para mí ser su madrina significa ser esa persona que lo alentara a ser la mejor versión de él mismo, significa que lo cuidaré en sus batallas pero no las pelearé por él, significa que más que enseñarle lo grande y amoroso que es Dios, se lo demostraré, significa que estaré con él en buenas y en malas aunque eso implique por el momento compartir sus berrinches y travesuras. Lo amo y ser su madrina lo es todo para mí”.
Nicole Olaverri
“Ella siempre encuentra el momento oportuno, la palabra justa, el abrazo sincero. Para cada ocasión especial, ya sea los cumpleaños de sus hijos, nietos, bisnietos, amigos, sobrinos, ahijados, siempre tiene el detalle amoroso que va mucho más allá de un te quiero. Ella es mi ejemplo de vida, mi ejemplo de ser mujer, mi ejemplo de cristiana, mi ejemplo de ser esposa fiel y abnegada, madre y abuela amorosa, es mi madrina, el mejor regalo que Dios me regaló en la pila bautismal. Tía Isa, te amo”.
Francisca Pira de Liano
“Me siento muy agradecida con Dios, porque nos ha permitido con mi esposo estar en uno de los días más trascendentales, cuando nuestros 10 ahijados de bautizo pasaron a ser parte de la Iglesia Católica. Además, tenemos seis ahijados de confirmación, un ahijado acólito, quien ahora está en el seminario menor, tres parejas de ahijados de boda y una pareja de boda civil. Es un compromiso tanto con Dios como con los papás de ellos, para luchar y perseverar cada día para ser un ejemplo a seguir. Siempre los tenemos en nuestras oraciones”.
Evelyn Lopez de Rac y Walter Rac, de Zacapa
“Mi madrina de bautizo es mi hermana. Ella ha estado todos estos 16 años de vida conmigo, pues ella, desde que nací me cuidó y me dio todo su amor. Este año será mi madrina de confirmación. La escogí a ella porque ella es todo para mí, es la mejor madrina y hermana que Dios me pudo dar. Ella es mi mejor paso a seguir, porque me ha enseñado muchas cosas. La amo con mi vida entera”.
Jenifeer Monterroso Aguilar
“Tengo 36 años y soy madrina de Diego Javier García Ponce, de 5, y me llena de ilusión apoyarlo en cada etapa de su vida ya que a su corta edad es un niño con aptitudes musicales, pues es integrante del grupo Los amigos de la marimba de Cobán. El estar y apoyar a mi ahijado ha sido gracias al ejemplo que recibí de mis padrinos”.
Rosario Sagüí
“Soy Rosarito Pineda, tengo 11 años y soy de Zacapa. Fui bautizada el 12 de octubre del 2003. Estoy feliz de que mis padrinos sean Ana Victoria y Mynor Francisco Cabrera, tíos de mi mami, porque cumplen la misión de dar testimonio de fe y ejemplo de vida cristiana. Mi padrino tiene un bus para llevar niños al colegio y todas las mañanas nos lleva a mi hermano y a mí. Estoy orgullosa de mis padrinos”.
“Mi ahijado se llama Santiago Tercero Guerra, y desde que nació ha cambiado mi vida porque aprendí el amor tan grande que se puede sentir a un ser humano tan pequeño. Me quedaba a dormir en la casa de mi hermana para cuidarlo por las noches, le cambiaba pañales y me levantaba de madrugada para darle pacha. En fin, todas las tareas de una mamá. Ahora tiene 5 años y le encanta quedarse a dormir en mi casa porque siempre puede jugar”.
Dora Guerra
“He tenido la bendición de ser llamado por muchos amigos para ser padrino de sus hijos. Uno de mis ahijados, Juan Pablo, es hijo de un huésped que tenemos en nuestra casa. Nació el 4 de noviembre del 2009; ese día, pero de 1978, me gradué de perito contador. ¿Coincidencia, destino o unión? Lo bautizamos en el 2010 en una iglesia de la zona 5. Ahora nuestra vida con mis compadres y mi ahijado ha transcurrido con mucha alegría. A sus 5 años, Juan Pablo espera todas las tardes que yo regrese para hacer la tarea conmigo y luego a jugar pelota. Ser un padrino, más que un acto social o de amistad, es un compromiso moral y un acto de amor fraterno, entre amigos y para que los ahijados te conozcan, te respeten y te amen.