¿Cómo se afectaría la calificación de riesgo?
El clima político sí impacta. En primer lugar en la institucionalidad. Es evidente que los actos ocurridos no son simple corrupción, han requerido el avasallamiento de instituciones como la SAT y el IGSS, muy probablemente en complicidad con diversos poderes del Estado, no solo del Ejecutivo.
En segundo lugar está la imagen de la nación, lo que repercute significativamente en las inversiones y proyectos de integración regional.
En tercer lugar, en el aumento de la desconfianza nacional e internacional.
Finalmente pueden presentarse otros efectos de largo plazo como el deterioro de la recaudación tributaria debido al rechazo a lo ocurrido, al ámbito político y social, pudiendo incluso afectar el próximo proceso electoral, generando un evento procíclico de empeoramiento de la situación.
¿Qué pasaría si renuncia el presidente Otto Pérez?
Este es uno de los escenarios menos convenientes, pues podría poner en duda la realización de las elecciones.
Se deben llevar a cabo las elecciones de septiembre. Sin embargo, a falta de un acuerdo nacional, todo es posible.
¿Qué preocupa a los inversionistas?
Para los capitales ya establecidos en el país hay un nivel de tolerancia que exige superar esta situación respetando la Constitución y la ley.
Sin embargo, los inversionistas internacionales no distinguen a Guatemala del resto de la región.
¿Qué indicadores podrían verse afectados por la situación actual?
Si tuviéramos un índice de daño psicológico a la sociedad guatemalteca, ese sería el más afectado.
El daño ya está hecho en todos los campos y va a tomar varios años recuperar la confianza de la población, de los inversionistas y de la comunidad internacional.
¿Qué mensaje da el constante aumento de la deuda pública?
La deuda pública en Guatemala aumenta por diversas razones.
Afortunadamente Guatemala no es considerado aún un país altamente endeudado aunque su ratio de endeudamiento es hoy más elevado, lo que muestra un deterioro.
El nivel de endeudamiento es aún consistente con su rating internacional actual.
Por aparte, el desgaste del actual gobierno es inocultable, mientras que la debilidad en la recaudación y la carga tributaria tienen otro origen.
Ninguno de estos temas se podrá enfrentar con credibilidad hasta que se instale un nuevo gobierno legítimo.