Fútbol Nacional

Agustín Herrera: un corazón de gratitud

Sus pequeños hijos, Elisa y Matías, y su esposa, Blanca, son el cimiento del goleador albo Agustín Herrera, pieza clave de Comunicaciones para conquistar La Quinta y el Hexa.

AGUSTÍN HERRERA, junto con su esposa, Blanca, y sus hijos, Matías y Elisa, en un domingo familiar, festejando el segundo título en lo personal del delantero mexicano. Foto Prensa Libre: Francisco Sánchez).

AGUSTÍN HERRERA, junto con su esposa, Blanca, y sus hijos, Matías y Elisa, en un domingo familiar, festejando el segundo título en lo personal del delantero mexicano. Foto Prensa Libre: Francisco Sánchez).

“Por momentos todavía no me cae el veinte de lo que logramos. Me siento tranquilo, contento y muy agradecido con Dios, mis compañeros y mi familia, que siempre están para mí”, aseguró el artillero mexicano, un día después del sexto título consecutivo de los cremas.

El Tin Herrera anotó el gol del 2-2 momentáneo en el partido de vuelta de la final del Clausura 2015 ante Municipal. Una anotación que le devolvió la vida al combinado crema, después de estar abajo 0-2.

“Nosotros salimos a jugar muy concentrados. Municipal hizo un gran primer tiempo, jugaron muy bien. Gracias a Dios en el segundo, nos recuperamos. En el descanso, el profe Willy nos recordó que estábamos muy cerca de algo histórico y nos motivó”, expresó Herrera.

El jugador crema se tomará vacaciones para volver con baterías recargadas para el Apertura 2015.

En el también histórico título del pentacampeonato crema, Agustín Herrera marcó un doblete en el partido de vuelta de la final, ante el rival de siempre: Municipal, con lo que se ganó el cariño de la afición blanca.

Renovación

Con el final del Torneo Clausura 2015 también concluyó el contrato de Agustín Herrera con Comunicaciones; sin embargo, el delantero espera que se firme la renovación en los próximos días, antes de viajar de vacaciones a su país.

Si el 23 de mayo del 2015 es un día que el goleador no olvidará, el domingo posterior se suma a la colección. Un día soleado, en el que pudo asistir a la iglesia para agradecer a Dios en familia y después continuar el festejo con el plantel blanco.

 

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