Con el lema, “Cuando la sangre es de una mujer maltratada, la herida es de todos” se efectuó la marcha en el lugar conocido como la rotonda, y culminó en el kiosco de Santa Lucía Utatlán.
Ana Cumes, de la Red de Mujeres en Sololá, dijo que el crimen fue con saña, ya que el cuerpo de la víctima tenía el cráneo destrozado, señales de tortura y estaba semienterrado y envuelto en una sábana blanca.
Isabel Vázquez, lideresa de ese municipio, exigió justicia y añadió que la víctima dejó a tres niños en la orfandad, uno de ellos con capacidades especiales.
Algunos de los pobladores que participaron en la marcha indicaron que hace unos meses Cecilia Oxlaj se separó del padre de los menores y se fue a vivir con Osvaldo René Joj, sindicado de la muerte.
Otto Vásquez, juez de Primera Instancia Penal, dictó prisión preventiva para el acusado.
El sindicado en su defensa dijo que ambos se dedicaban a la compra y venta de aguacates y que Cecilia Oxlaj Ajcapajá accidentalmente cayó de un árbol y murió por un golpe en el cráneo.
Afirmó que por temor a lo sucedido construyó un hoyo de aproximadamente un metro de profundidad donde la sepultó.